Ciudad de México | 2025-01-16
En el caso de los perros, la vejez trae consigo cambios físicos y cognitivos que pueden derivar en problemas de salud, entre los cuales destaca el Síndrome de Disfunción Cognitiva, conocido comúnmente como demencia senil.
El trastorno neurodegenerativo afecta principalmente a perros mayores y presenta síntomas similares al Alzheimer en humanos, como pérdida de memoria y desorientación.
Los primeros signos de la demencia senil suelen aparecer en perros a partir de los 7 u 8 años, dependiendo de su raza y tamaño. Razas pequeñas, que tienden a vivir más tiempo, suelen manifestar los síntomas más tarde, mientras que razas grandes pueden mostrarlos a edades más tempranas.
Si notas alguno de estos cambios, es fundamental acudir al veterinario, quien realizará pruebas cognitivas y exámenes médicos para descartar otras causas.
Aunque la demencia senil no tiene cura, existen tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida del perro. Medicamentos que aumentan los niveles de dopamina, suplementos como ácidos grasos omega-3, dietas específicas y ejercicios de estimulación cognitiva son herramientas que pueden ayudar a mitigar los síntomas y mantener activo el cerebro de la mascota.
Además del tratamiento médico, establecer una rutina constante, adaptar el entorno del hogar para facilitar la movilidad y mantener al perro física y mentalmente activo son medidas que pueden hacer la diferencia.
Es esencial también ofrecer apoyo emocional, ya que estos perros suelen sentirse ansiosos o confundidos.
Identificar los síntomas a tiempo y trabajar en conjunto con el veterinario permitirá brindarles una vida digna en esta etapa.
Aunque no podemos detener el tiempo, sí podemos hacer que los años dorados de nuestras mascotas estén llenos de amor y cuidado.