| 2025-03-08
Un nuevo estudio realizado con ratas de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos publicado en la revista 'Immunity & Ageing', indicó que unos días de dieta rica en grasas saturadas podrían bastar para causar problemas de memoria e inflamación cerebral relacionada en personas mayores.
El estudio alimentó a grupos separados de ratas jóvenes y adultas con una dieta rica en grasas durante tres días o tres meses para comparar la rapidez con que se producen cambios en el cerebro frente al resto del cuerpo cuando se sigue una dieta poco saludable.
Si bien estudios anteriores habían encontrado que la ingesta de estas grasas producía diabetes y obesidad, este nuevo análisis indicó que durante tres meses provocó:
Sin embargo, en cuando a los cambios en el cerebro, los investigadores observaron que sólo las ratas más viejas -tanto las que siguieron una dieta rica en grasas durante tres meses como las que sólo la siguieron tres días- obtuvieron resultados negativas en pruebas de memoria y mostraron cambios inflamatorios negativos en el cerebro.
Actualmente la mayor parte de los estudios sobre los efectos de los alimentos grasos y procesados en el cerebro se ha centrado en la obesidad, sin embargo el impacto de una alimentación poco saludable, independientemente de la obesidad, permanece en gran medida inexplorado.
"En realidad buscamos los efectos de la dieta directamente en el cerebro. Y demostramos que a los tres días, mucho antes de que aparezca la obesidad, se producen cambios neuroinflamatorios graves", afirma Ruth Barrientos, autora principal del estudio.
Las ratas jóvenes y viejas ganaron más peso y mostraron signos de disfunción metabólica -mal control de la insulina y la glucemia, proteínas inflamatorias en el tejido adiposo y alteraciones del microbioma intestinal- tras tres meses de dieta rica en grasas.
La memoria y el comportamiento de las ratas jóvenes, así como su tejido cerebral, no se vieron afectados por la comida grasa. "Estas dietas provocan cambios relacionados con la obesidad tanto en animales jóvenes como viejos, pero los animales jóvenes parecen más resistentes a los efectos de la dieta rica en grasas sobre la memoria", destacó Barrientos.