Un fenómeno clandestino ha tomado fuerza y se esparce como un ‘veneno’ en Veracruz: de enero a marzo de 2023, las autoridades contabilizaron un total de 592 tapas de tomas clandestinas de gas LP en Veracruz.
Es un récord preocupante para la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas), quienes advierten que la entidad ha alcanzado el primer lugar en el ranking de perforaciones ilegales.
Los números son críticos. El año pasado, en 2022, el conteo alcanzó la impactante cifra de 2,503 tomas clandestinas.
Y ahora, apenas en el primer trimestre de 2023, ya se reportaban 1,094, un aumento alarmante del 73.37% en comparación con el mismo lapso del año anterior.
El robo de gas doméstico alcanza una cifra mensual de 60 mil toneladas en volumen. El saqueo se concentra en siete estados de la República, pero es Veracruz quien lleva el peso más pesado de esta crisis.
Veracruz lidera la estadística con un 54% de las tomas clandestinas, seguido por Puebla (18%), Tlaxcala (12%), Estado de México (12%), Oaxaca (2%), Guanajuato (1%) y un pequeño porcentaje en otros estados.
La afectación económica a Pemex, la empresa paraestatal de petróleo y gas, es significativa. La suma de pérdidas asciende a 15 mil millones de pesos anuales.
A lo largo de 16 años, se han encontrado 9 mil 349 tomas clandestinas, pero solo 2 mil 503 se identificaron el año pasado.
Carlos Serrano Farrera, presidente nacional de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP (Amexgas), destacó con preocupación que Veracruz se encuentra en riesgo de cerrar el 2023 como el estado con el mayor número de tomas clandestinas en los últimos cinco años.
En Puebla se identificaron 199 tomas clandestinas en los tres primeros meses de este año, cifra que se traduce en un crecimiento de 18.2 por ciento frente a igual lapso de 2022.
En Tlaxcala las autoridades encontraron 130 puntos donde se hurtó el combustible doméstico, dato que significó un aumento de 11.9 por ciento en comparación con enero-marzo del año pasado.