Sin duda, la cocina conquista paladares y corazón y "Titita" lo sabía muy bien al abrir su afamado restaurante.
Carmen Ramírez es la creadora de uno de los restaurantes más icónicos del país. Su lugar, El Bajío, destaca por combinar la cultura, las tradiciones en platillos icónicos como el mole de olla, el pipián, el pollo con mole o las deliciosas carnitas.
Ese sazón, sin duda heredado de sus antepasados y aprendido en su ciudad natal Xalapa, dónde pasó la primera parte de su vida.
“Nací en Xalapa, soy orgullosamente veracruzana. Mi padre era de Papantla, mi mamá era de Perote”.
“Mi casa estaba en la calle Carrillo Puerto. Ahí nací, ahí me crié, ahí salí de novia”.
El nombre de Titita es más una tradición en su familia, que inició con su mamá Vicenta, que era conocida en Xalapa como Titita y ellas, las hijas, como Tititas.
Su infancia la recuerda como una etapa muy feliz, donde jugaba con todas sus amigas en la calle Carrillo Puerto o en el estadio de Xalapa.
También recuerda que en esta etapa se dio su primer acercamiento a la cocina con su mamá Vicenta y su nana Amparo.
Tiene muy presente que su madre era muy estricta tras el fallecimiento de su padre, y cuando le pedía apoyo en la cocina le daba la instrucción de repetir la operación al hacer un huevo estrellado hasta que quedara perfecto.
En sus recuerdos también tiene muy grabado que su madre era una excelente cocinera y que el bacalao era de sus platillos principales, es de ahí de dónde hereda la sazón y el conocimiento de su nana Amparo.
EL GIRO QUE CAMBIA SU VIDA
Al cumplir 18 años se casó con Raúl, un veracruzano que trabajaba en la ciudad de México, por lo que se fue a vivir allá, pero acompañada de su nana Amparo.
Durante su estancia en la gran ciudad, invitó a comer a un amigo de su esposo a su casa y ahí los felicitó por lo rico que cocinaba y les sugirió abrir un restaurante y es ahí donde nace la historia del legendario El Bajio, nombre que le dieron por ser la ciudad de origen de la familia de Raúl.
Al comenzar con el negocio se inició con la venta de carnitas como platillo principal, pero al pasar el tiempo a "Titita" se le hizo muy monótono, por lo que fue introduciendo más platillos emblemáticos de la cocina mexicana, como el pipián, pollo con mole, mole de olla, entre otros, los cuales conquistaron el paladar de los citadinos.
Es así, cómo nace un restaurante que es visitado por todos los sectores, entre los que destacan celebridades y políticos.
El Bajío ha sido reconocido en múltiples ocasiones durante sus cincuenta años de existencia y Carmen Ramírez acaba de recibir el galardón "Sabor es Polanco", en la fiesta gastronómica más importante de la Ciudad de México, sin duda un reconocimiento muy merecido para esta exitosa xalapeña.