Uno de los crímenes más trágicos y que más llenan de impotencia a los habitantes de Xalapa ocurrió un día como hoy hace 100 años. El barrio de San Bruno, cerca del noroeste de la ciudad, toma su nombre de la antigua fábrica textil perteneciente a la Hacienda Molino de San Roque y fundada en la década de 1840.
La mañana del 28 de agosto de 1924 comenzó como un día normal de trabajo, pero pronto se tornó en una tragedia cuando la tranquilidad fue interrumpida por los sonidos de disparos efectuados por presuntos bandoleros identificados como Cruz Arenas, Miguel Ángel Alarcón y David Franzoni.
En este ataque inicial, los pistoleros acabaron con las vidas de uno de los obreros de la fábrica y un panadero que había acudido a realizar las entregas habituales, pero estar en el lugar y momento equivocado le costó la vida.
Posteriormente, los hombres ingresaron al lugar y secuestraron a otros once obreros integrantes del Sindicato Emancipador Revolucionario, quienes serían llevados hasta Rancho Viejo, en San Andrés Tlalnelhuayocan, donde les obligaron a cavar sus propias tumbas para después asesinarlos a sangre fría.
La versión de que el crimen se trató de un asalto fue lo que se creyó inicialmente; tiempo después, tomaría fuerza la versión de que la matanza fue orquestada por los dueños de la fábrica y el gobierno del estado para reprimir las movilizaciones obreras que exigían mejores condiciones laborales.
Se dice que uno de los rehenes, Ramón Fernández, logró escapar cuando la carreta donde eran transportados se atascó, y engañó a sus captores pidiéndoles permiso para ir a hacer sus necesidades.
Los cuerpos de las 12 víctimas no serían recuperados hasta varios años después, y trasladados al Panteón de 20 de Noviembre, para posteriormente ser exhumados y llevados al Cementerio Municipal 5 de Febrero, donde se encuentra uno de los dos monumentos en su memoria.
La sangre de sus compañeros no frenó el movimiento, y los trabajadores lograrían sus mejoras laborales. Los mártires, tal como se les conoce, son recordados un siglo después con monumentos, actos cívicos y una escuela primaria con su nombre y un mural dedicado a su lucha en su interior.
La avenida que conduce a la hoy abandonada fábrica fue nombrada Mártires del 28 de Agosto, y las calles que conforman la colonia Francisco Ferrer Guardia, al suroeste de la avenida, reciben el nombre de cada una de las víctimas. Si eres vecino de esta colonia y te preguntabas a quién se debe el nombre de tu calle, ahora ya lo sabes.
Uno de los hechos que más ha mermado la historia de Xalapa es recordado hoy, un siglo después.