En las calles de la capital veracruzana, un singular dueto ha comenzado a cautivar a los xalapeños con su talento; se trata de Natalia y Gonzalo, dos jóvenes que unieron su voz y el saxofón para dar rienda suelta a sus dotes musicales.
Natalia, oriunda de Xalapa, comenzó a tocar el saxofón en la secundaria, cuando apenas tenía 13 años de edad.
Para la joven, este instrumento ha tenido un significado muy importante en su vida. Al tener Síndrome de Asperger -un trastorno del desarrollo dentro del espectro autista que afecta la interacción social y la comunicación verbal y no verbal-, el saxofón y la música la ayudaron a desarrollarse bien con las personas.
“Es como una terapia que ayuda a que me sienta mejor, a que me pueda formalizar con las demás personas (…) fue el primer instrumento que me llamó mucho la atención; actualmente, estoy intentando aprender a tocar la guitarra”, contó.
Al darse cuenta de su enorme talento, Natalia comenzó a tocar sola en las calles xalapeñas; sin embargo, poco tiempo después, la casualidad la llevó a encontrarse con Gonzalo, quien le propuso trabajar juntos y, hasta el momento, ambos han hecho un buen equipo.
Gonzalo Almanzor dejó su natal Guanajuato para estudiar piano y canto en Xalapa; no obstante, su talento y gusto por la música han sido una herencia que ha pasado de generación en generación.
“Mi papá era cantante y mi abuelo también y mi bisabuelo… viene de familia el gusto”, relató.
Y aunque se ha dedicado a la cocina y a la conducción de camiones, su pasión por la música fue más fuerte, por lo que decidió especializarse en este arte.
“Me parece un oficio noble y bonito”, dijo.
Actualmente, Gonzalo sale a cantar en restaurantes y encontró en Natalia la compañía perfecta para hacer vibrar a los xalapeños.
“Para mí, la música significa todo… es lo que me hace feliz. Me encontré conmigo mismo en el arte y eso es lo que tengo que hacer para vivir y ser feliz”.