Junto con su hijo Migue, con discapacidad, ayudan a los animales más necesitados en su “Hogar 4 Patitas"
Elia es una mujer joven y guapa. Su labor va mucho más allá de amar a los animales: ayuda a los más desvalidos, incluso a los que tienen alguna discapacidad o han sido abusados.
La labor de Elia Sánchez, con sus gatos y perros, ahora la realiza al lado de su hijo Migue, quien tiene una capacidad especial, pero que gracias al empuje de su madre, ahora es autosuficiente y realiza un sinfín de labores en su casa que es también el hogar de más de cien cuatro patitas.
Las jornadas en la casa de Elia y Miguel, van mucho más allá de alimentar, limpiar y cuidar animales. Primero los han rescatado de la muerte, del maltrato, del asesinado disfrazado de "dormirlos" por tener una discapacidad. Elia ha enseñado a Miguel que lo más importante es darles amor, atención y calidad de vida.
INSULTOS Y VIOLENCIA, POR SER MUJER QUE RESCATA
Pero las tareas de Elia no son fáciles, para nada. Ha sufrido señalamientos, burlas, acoso, por ser mujer, por ser rescatista, por elegir amar y cuidar sola a su hijo y a los animales más desvalidos. Cómo madre soltera, no sólo trabaja para educar y buscar brindar lo mejor a su hijo, sino a todos sus animalitos a quienes llena de amor.
"Me han agredido por ser mujer rescatista, me han gritado cosas feas en la calle, como que por eso estoy sola y no tengo marido, que olemos a gato, a perro. Incluso, me aventaron cloro. Me han aventado cloro a mí, afuera de mi casa, al carro que tuve (…) Sí se siente feo, es una agresión, sí se siente feo que me griten loca y cosas, pero poco a poco con el tiempo he hecho fuerza y mi amor a los animales y mi orgullo por lo que hacemos mi hijo y yo, me da fuerza para no sentir tan feo".
Hasta a la hora de tirar la basura, Elia sufría acoso por vecinos y los trabajadores del camión de la basura que antes pasaba.
"Me decían que tiraba pura caca de animales, y se iba el camión en cuanto me veían que iba con Migue que estaba chiquito. Ahora ya no es así, pasa otro camión y tuve que ir a poner una queja, y ahora me esperan y ya Migue me ayuda mucho a tirar la basura, a atender a los animales, hasta a hacer la comida , le cuesta la escuela por su capacidad especial, pero estoy muy orgullosa de él, le gusta el deporte y es muy bueno en Parkour".
Además de padecer discriminación por ser rescatista y tener pelitos en la ropa "aunque tengo una ropa para estar en casa y otra para ir a la calle", Elia ha padecido discriminación por la discapacidad de Migue, que se refiere a una capacidad intelectual limítrofe.
"Lo tuve que cambiar de escuela y ahí va, es lo que más trabajo le cuesta, la escuela, pero ya sabe hacerse un arroz, me ayuda también con la comida de los perros, de los gatos, a limpiar , y es buenísimo en el parkour -deporte de grandes saltos y destreza física ".
Sobre todo, comparte orgullosa Elia en entrevista para IMAGEN DEL GOLFO, Migue ha aprendido el valor del amor, de compartir lo poco o mucho que se tenga, de ayudar a quienes más lo necesitan.
JASON: LA LLAVE A DESCUBRIR AMORES ESPECIALES
-¿Cómo fue que te volviste rescatista; de dónde tú amor por los animales?-
-"El amor a los animales ya lo tenía desde niña. Tenía puros gatitos negros, porque son los que encontraba abandonados, lastimados, maltratados. Pero después dejé de rescatar porque me fui de casa de mis papás y no les podía dejar toda la responsabilidad, "porque los animalitos son como niños, son como hijos"-
El tiempo pasó y Elia se convirtió en mamá de Migue. Luego logró comprar una casa, el hogar de ambos. Migue comenzó a crecer, y con su capacidad especial, Elia buscó brindarle compañía que le ayudará en su desarrollo. Enseguida adoptó gatos, pero entonces decidió adoptar un perro.
"Pero quise adoptar un perro, no comprar, hay muchos en la calle, muchos que necesitan hogar tras haber sufrido maltrato. Y así conocí a Jason, un pitbull blanco con manchas oscuras atigradas. Jason fue rescatado de una azotea donde había sido abandonado para que muriera, pues lo usaban con los perros de pelea, para entrenarlos. Como Jason no mató perro, pues lo dejaron abandonado en azotea para que se muriera".
Jason se convirtió en un rescate para Elia, Migue y para el mismo Jason, y Jason ayudó a muchos otros animales que, a partir de él, llegaron al hogar de Elia y Migue, que poco a poco se fue adaptando para vivir todos juntos: el “Hogar 4 Patitas”.
"Con Jason fue mucho trabajo, tuve que pedir asesoría a un entrenador. Jason tenía mucho miedo, hasta que con el adiestramiento y el amor, Jason comprendió que aquí no había maltrato ni sufrimiento, sino amor. Jason se convirtió en también nuestra familia y, a partir de él empecé a ofrecer hogares temporales, a dar en adopción, a quedarme con otros, sobre todo los que nadie busca porque tienen alguna discapacidad, y así empecé a rescatar".
"Su nombre original era Tayson pero no le quise dejar el mismo que le pusieron dónde lo usaban para entrenar peleas, sino buscar uno parecido (...) Con él aprendí mucho".
Luego Elia comenzó a acudir ante llamados de personas, por animalitos con discapacidad, por ejemplo motriz, que estaban bien pero no caminaban con dos de sus cuatro patas por problemas de columna.
Así, tras Jason se sumó Loba, una hushky que no podía caminar -porque el maltrato animal no exenta ni a los perros de raza-, y más animalitos, gatos y perros, cada uno especial y con su historia propia, fueron encontrando un amoroso hogar en el Hogar 4 Patitas. Porque el maltrato animal no exenta ni a los perros de raza.
Una Hushky que fue atropellada y la dejaron tirada, pero ella estaba bien, sólo fue que se lesionó su cadera, y a partir de ella más me esmeré en rescatar animales con discapacidad o en situación vulnerable, enfermos o viejitos.
Incluso, algunos de los animalitos que viven con Elia en Hogar Cuatro Patitas, provienen de otras ciudades o municipios, como Veracruz, Paso del Toro, entre otros. Más de la tercera parte de los habitantes de Hogar 4 Patitas tienen una discapacidad.
Algunos de los animalitos rescatados por Elia han sido dados en adopción, "me hace feliz cuando sé que los adopta una familia, porque soy consciente de que pueden estar con más atención en un lugar donde no haya cien animales más, entonces trato de no tener tanto apego, trato, aunque cada uno es especial para mí; pero no los entrego si no sé que van a estar mejor que aquí".
UN AMOR PARA EL QUE NO TODOS TIENEN CAPACIDAD
Actualmente Elia tiene más de cien animales en casa, son más de 50 gatos y 49 perros, "ayer llegó un perro de tres patas".
Jason falleció hace casi tres años. Pero, tras ser rescatado, vivió una vida feliz 8 años en su hogar que, a partir de él, ha sido más que un albergue, ha sido una familia amorosa para más de cien 4 patitas.
El rescate de Jason le cambió la vida a él, tras sufrir maltrato y ser abusado al ser usado par a entrenar perros de pelea (lo cual está penado en el estado de Veracruz); pero también le cambio la vida a Elia, a Migue y a cientos de animales que, a partir de Jason, han sido y siguen siendo auxiliados.
"Jason fue una enseñanza muy grande, y en esto no dejas de aprender nunca, porque los animales siempre te enseñan, sus temperamentos, su amor, las enfermedades, todo. La verdad es que mi hijo y yo los rescatamos y es darle una vida, enseñarles que todo puede ser diferente. A un animal rescatado hay que rehabilitarles su autoestima, porque ellos se deprimen, hay que demostrarles que existe el amor, y es un trabajo diario".
Actualmente, además de rescatar animales en condición vulnerable, Elia ofrece pláticas en escuelas y va a ofrecer asesorías en dónde sea requerida. Todo ello además de ser mujer, mamá soltera y rescatista.
Elia Sánchez hace un llamado a la conciencia de las personas, para que realmente cuiden, traten de entender y amen y respeten a sus animales. Si hay tanto animalito rescatado en el albergue de Elia y de otras rescatistas, es porque hay personas, familias, una sociedad que los ha maltratado y que ha sido indiferente, por eso hay mujeres ir rescatan y que ofrecen amor aunque reciban ofensas de otras personas.
No, las rescatistas no están locas. Sólo cuidan a los animales con quienes la sociedad ha sido irresponsable, sólo son capaces de sentir un amor que no todas las personas son capaces de llegar a conocer y a sentir.
Y además de la conciencia social, el llamado es para que se sume apoyo para los albergues de las mujeres que rescatan.
"Yo me siento muy feliz de rescatar y vivir con tantos animales, te llenan de amor, a mí me encanta estar en mi casa con ellos, si por mí fuera todo el tiempo estuviera con ellos, y sé que ellos conmigo".
Porque "cuando rescatas a un animal, ese animal también te rescata, te despierta un amor que no conocías", comparte Elia, mujer que rescata. //