La inseguridad, el acoso y la violencia continúan persiguiendo a las mujeres de Xalapa, quienes afirmaron que pese a las acciones implementadas por el Gobierno y organismos, aún falta mucho para que se pueda respirar un ambiente de paz y tranquilidad.
En el Día Internacional de la Mujer, las xalapeñas dijeron sentirse vulnerables, pues advirtieron que las calles de la capital veracruzana todavía no son seguras para ellas, especialmente en horas de la noche.
“No me gusta estar muy tarde en la noche… tengo que caminar muy rápido porque no sé qué vaya a pasar”, dijeron.
A través de un sondeo realizado por Imagen del Golfo, las habitantes señalaron que los policías que rondan la ciudad no son suficientes, pues pocas veces abarcan las colonias de la periferia, donde se han dado más casos de asaltos; sin embargo, las calles no son los únicos lugares de riesgo para las mujeres.
Desde hace tiempo, el transporte público es catalogado como uno de los lugares donde más sufren acoso las mujeres. En Xalapa no ha sido la excepción, pues muchas jóvenes siguen siendo víctimas de violencia sexual.
“Hace algún tiempo tuve una mala experiencia, me quedé dormida en el autobús y un tipo que venía junto a mí venía haciendo cosas que no me parecieron… fue muy incómodo. No todo es como nos gustaría pensar que fuera”, relató Alondra Barrientos, una de estas víctimas.
Para Amy Alessandra, una joven universitaria, la escuela tampoco es un lugar en el que se pueda sentir segura, pues ha sido testigo de casos de acoso escolar y violencia en el noviazgo, los cuales son pasados por alto por las autoridades educativas.
“No me siento segura ni en la calle ni en la escuela. La universidad a la que estoy asistiendo no da un apoyo a las mujeres que son vulneradas en el entorno escolar”, reclamó.
Las xalapeñas consideraron que entre las prioridades del Gobierno no está erradicar la violencia contra la mujer, por lo que coincidieron en que la mejor estrategia es empezar desde casa, con las infancias.
Enseñarles que tanto niños como niñas son iguales y tienen los mismos derechos, para que cuando sean adultos, pueda haber un cambio real en la sociedad.