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Con Verónica Hernández Giadáns, la Fiscalía General de Veracruz replica la misma inoperancia que con Jorge Winckler y, en el caso Ivanhoe Mass González, se sigue sin avances en la indagatoria a 11 años de su desaparición, deploró su madre Sara González, del Colectivo por la Paz en Xalapa. Los policías en Veracruz, el crimen uniformado, no han cesado de efectuar desapariciones y trabajar para los grupos delictivos, lamentó.
Acusó que Veracruz continúa bajo una pandemia de desapariciones sin fin, cinismo, omisión de las autoridades. De paso reprochó al Gobierno de Veracruz que informe falsamente que la inseguridad y las desapariciones disminuyen en Veracruz.
Aseveró que al colectivo diariamente le llegan fichas para compartir de casos de desaparecidos, la mayoría se registra en Xalapa. ¿La respuesta del Gobierno del Estado? Negarse a reanudar reuniones con los colectivos y negar la gravedad de los hechos, sostuvo.
‘Sentimos miedo. Todos estamos expuestos a que nos ocurra lo mismo (desaparecer) a manos de las autoridades’, alertó.
Este domingo, los denominados ‘orejas’ o ‘halcones’ del Gobierno de Veracruz cercaron a los familiares de Ivanhoe Mass González que recordaron que exactamente hace 11 años, agentes policiales lo desaparecieron. El crimen uniformado.
Tomaban fotos. Filmaban. Reportaban por teléfono. Las viejas prácticas que en los gobiernos de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes para ‘vigilar’ a los familiares de los desaparecidos en sus protestas pacíficas.
El 14 de marzo de 2010, Ivanhoe y Ramona Rosalía Hernández Ávila fueron levantados por policías-comandantes de la ex Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río. Hasta la fecha, Ivanhoe no aparece.
Trascendió que en audio registrado en el centro de emergencias 066 se escucha la voz del joven Ivanhoe Mass González solicitando ayuda y a oficiales de la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río-Medellín amedrentándolo.
Era el 14 de marzo de 2010 y el hombre de 31 años se encontraba en las palapas de Boca del Río, zona conurbada al puerto turístico de Veracruz. Los meseros reclamaban un pago extra de entre 50 y 100 pesos, cargo que no aceptó.
Entre los reclamos solicitó ayuda a la policía, enviaron a dos patrullas con elementos abordo, pero fue detenido, junto con su novia, esposado y sacado del lugar en los vehículos oficiales.
Durante tres meses, Sara González investigó y descubrió que las patrullas 400 y 322 fueron las que participaron y que eran conducidas por dos comandantes de la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río-Medellín, corporación que dos años después fue desaparecida por sus vínculos con la delincuencia organizada.
La madre de Ivanhoe descubrió que al automóvil de su hijo, un Nissan Almera 2002, le cambiaron de propietario en las oficinas de Hacienda del estado y se le otorgaron placas nuevas.
Sus investigaciones también determinaron que los oficiales policiacos entregaron a su hijo y a la mujer a una célula criminal, que en ese año operaban en todo el estado de Veracruz.
A partir de entonces, el dolor nunca se acaba y la desconfianza hacia todas las instituciones de seguridad es permanente.