En medio de definiciones políticas en México, hay que saber decidir realmente cuál es la propuesta que incluya a todo el país, en particular a los 60 millones de pobres que hay a lo largo de toda la República Mexicana.
A través de su comunicado dominical, la Arquidiócesis de Xalapa lamentó que hoy en día para la clase gobernante, la libertad se entiende como una forma de no rendirle cuentas a nadie, y hay muchos que creyéndose dieses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos de ellos mimos.
“Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso a la oscuridad, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho”, expresó.
Ante ello, el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristain de los Santos, indicó que es importante no sucumbir a ellas, porque en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes a una libertad sin Dios.
“Muchos ciudadanos viven sin vivir y sin dignidad porque olvidan lo esencial de la existencia: hacer el bien a los demás. La fe en Cristo arraiga a la persona en el amor a la verdad y al prójimo”, agregó.
Se trata de un verdadero amor por la verdad y por la persona para reconocer, reafirmar y promover a los demás. Esta caridad cristiana se vive en la libertad, que es una autodeterminación por la verdad y por el bien de los demás.
Sin embargo, reiteró que la libertad hoy se entiende como una forma de no rendirle cuentas a nadie ni a nada.
Mencionó que la libertad basada en la verdad nos tiene que ayudar para asumir lo que más nos haga buscar la verdad, crecer como personas solidarias y mantener en alto nuestra dignidad humana. Aceptar un proyecto sin estos ingredientes es volver a la misma pobreza humana que tantos dividendos da a quien solo busca su propio interés.