Sol, arena, mar… ¡el verano está a la vuelta de la esquina!, lo que significa un buen clima para poder disfrutar de un paseo al aire libre, un viaje o una escapada a la playa para aprovechar la vitamina D de los rayos solares.
Pero, ¿sabías que no todo es miel sobre hojuelas? Así es, el verano no es solo diversión, pues muchas veces trae consigo algunos efectos nocivos para la salud que llegan a afectar la calidad de vida de las personas durante esa época del año.
El verano se caracteriza por mayores periodos de sol, el cual se encarga de aportar la vitamina D que produce una modificación en nuestro sistema endocrino, que es el encargado de producir hormonas como la serotonina.
Es precisamente la serotonina la responsable de inhibir emociones como la ira y dar, en su lugar, una sensación de bienestar; sin embargo, al ser más potentes los rayos de sol, se incrementa la intensidad del calor, lo que llega a ser perjudicial para muchas personas.
Entre las afectaciones del calor a la salud están:
Pero también existen otras de las que se debe tener mayor cuidado, como la gastroenteritis, una infección intestinal ocasionada por consumir alimentos en mal estado; así como los resfriados, causados por los cambios bruscos de temperatura.
Para evitar los efectos negativos del verano, puedes seguir estos sencillos consejos que te ayudarán a disfrutar de estos días con total plenitud: