A diferencia de los países de Asia y del norte de Europa, en América y en particular en México se pierden valores familiares y sociales en parte por la tecnología y se normaliza la violencia al grado de casi convertirla en virtud, alertó Jeremías Zúñiga Mezano, presidente de Comunidades Seguras en el estado.
Explicó que el fenómeno se ha gustado de unas décadas a la fecha y atrapa más a las nuevas generaciones, aunado a las nuevas tecnologías de la información y al descontrolado uso de éstas.
Explicó que la violencia y la delincuencia surgieron en los años 80, por descomposición del tejido social.
Dijo que a partir de 1980 se creó un nuevo sistema económico basado no en la familia, sino en el individualismo, para crear consumo, lo cual provocó que se rompieran los lazos familiares y que las sociedades se volvieran más violentas.
Coincidió con el rápido avance de las tecnologías de la información, pues los jóvenes y niños se volcaron hacia ellas y los secundaron sus demás familiares.
Eso ayudó al individualismo, la indiferencia y es antecedente de lo que hoy se observa: la descomposición social, señaló el presidente de Comunidades Seguras.
Los papás y mamás trabajan hoy en día; la computadora y el teléfono celular son hoy los 'educadores' de los niños, pero les dan información mas no valores, indicó Zúñiga.
El presidente de Comunidades Seguras alertó que alertó que la delincuencia organizada ha socializado con el ciudadano común, que en ocasiones no sabe discernir y no está consciente del peligro en qué se encuentra.
"Estamos llegando a grados donde la gente se siente orgullosa de llevarse con un delincuente. Pareciera que fuera un escudo protector, cuando es todo lo contrario, pues en algún momento ellos también van a ser víctimas debido al incremento de la violencia y la delincuencia.
"Escuchamos una balacera y es una plática más, como cuando inició el tema de los levantones, que todo mundo se aterraba y gritaba; hoy ya no; ahora se platica como si fuera un partido de fútbol más, hemos llegado a la indiferencia de que nos platican que levantaron a alguien, que hubo una balacera, y es una plática más de la mesa", advirtió Zúñiga Mezano.
Dejó en claro que no está en contra de la tecnología, pero dijo que se debe dimensionar su alcance y su riesgo, no idealizarla ni sacarla de contexto.
Se pronunció por volver a la comunicación y convivencia familiar y de amigos, en aras de no ser pasto fértil para las conductas antisociales y la delincuencia.