Bajo nivel del afluente y contaminación preocupan a la población
El bajo nivel del río La Antigua y las descargas de aguas negras son dos de los problemas que enfrenta este afluente, lo que ha provocado una baja producción pesquera, por lo que quienes viven de esta actividad deben de complementar su ingreso diario con otras actividades.
En un recorrido por tres puntos del río La Antigua se pueden ver tres caras distintas del afluente, que muestra un lado contaminado, una zona baja y la parte atractiva para el turista que visita el caudal y pasea en las embarcaciones que se encuentran a la orilla de la rivera, bajo el puente colgante, otro de los atractivos de la histórica población.
Gran contaminación
En la zona del río que se encuentra a la altura de El Salmoral, el olor fétido y a animal muerto es lo primero que se percibe, pues a decir de la gente, ahí tiran animales y hacen rituales, lo que IMAGEN de Veracruz pudo constatar, pues el cuerpo de un gato negro ensangrentado fue lo primero que se observó al llegar, de inmediato saltó a la vista un círculo, que podría haber sido hecho con cal.
Solo a unos escasos metros del río, donde el afluente se ve obscuro y verdoso, con bajo nivel y olores desagradables, sin embargo, unos metros río arriba, se encontraban una pareja de jóvenes pescando.
Ahí, en donde aún es evidente la contaminación, el agua está turbia y pululan los mosquitos, se encontraban los jóvenes, sumergidos hasta la cintura, tratando de pescar unas huevinas, especie de pez que logra alcanzar un estimado de medio metro de largo.
Para Miguel este pez es bueno para comer y a falta de un trabajo, el río es una buena opción para llevarse algo al estómago.
“Hay que tener un poco de paciencia y permanecer inmóvil, hasta que pique un pez”, dijo, y siguió luchando con el anzuelo y el hilo bajo el intenso sol de este martes, que quemaba hasta la piel más curtida.
Bajo nivel, pocos peces
En otro lado del río, abajo del famoso puente colgante, en la zona turística, Ricardo García Hernández espera también con paciencia la llegada de clientes para un paseo en lancha.
“Aquí es variado el trabajo hoy en día, depende, podemos hacer varios viajes, podemos hacer uno o ninguno”, dijo, mientras caminaba hacia la sombra.
Sin embargo, reconoció que en Semana Santa sí tuvo bastante trabajo.
“En Semana Santa gracias a Dios sí hubo afluencia de gente, la segunda semana también fue buena, porque mucha gente cuida los días santos y ya después nos visitan. Ahorita que ya regresaron a clases, pues ya bajó el trabajo, pero aún hay un poco de gente caminando en La Antigua”, agregó.
Aclaró que, por fortuna, su trabajo no se ve afectado por el bajo nivel del río, como los pescadores que se las ven negras en esta temporada de seca.
“Yo soy lanchero turístico, pero hay compañeros que alternan su trabajo con la pesca, porque las lanchas también les sirven para pescar, sin embargo ahorita la pesca es muy baja, por el nivel que tiene el río”, añadió.
Sobre el lirio que es evidente en partes del río, dijo que es usado por los artesanos, con el que elaboran diversos artículos, sin embargo, aunque es aprovechado, no deja de ser una señal de la contaminación con la que cuenta el afluente.
“Tengo entendido que el lirio prolifera en aguas que están contaminadas, principalmente por materia fecal, pero aquí lo aprovechamos”, aseguró.
Subrayó que lo que hace falta en La Antigua es publicidad para que llegue más turismo y la reactivación de la zona sea más consistente.
Urgen plantas de tratamiento
Por su parte, a quien llamaremos Sebastián, pues prefiere el anonimato, por temor a represalias, dijo que lo más urgente son las plantas de tratamiento de aguas negras, pues si el agua llegara tratada, al menos en un 90 por ciento, esto no estaría así.
“Si los gobiernos, tanto municipales como estatales, se pusieran de acuerdo e hicieran realmente el trabajo, de exigir a todos los complejos de casas habitación que contaran con una planta de tratamiento de aguas negras y que funcionaran, al menos en un 90 por ciento, pues por ejemplo, aquí llegan todas las aguas negras de Cardel y también los deshechos del rastro”, denunció.
Lamentó que la comunidad que vive de la pesca se vea afectada por la situación, pues cada vez es menor la producción de especies, sin embargo, aún hay quienes sacan peces del río para alimentarse, pues en muchos hogares de la zona no hay qué comer.
“Hay algunas especies como la huevina que se alimenta del excremento que llevan las aguas negras que se descargan en el río, y esta especie es la que consumen, en su mayoría, gente de la zona que no tiene otra cosa más qué llevar a sus mesas”, lamentó.
“Es urgente que se haga algo y se dejen de rellenar cuerpos de agua porque va a llegar el día en que nos quedemos sin agua, como ya está ocurriendo en otras zonas de la región”, finalizó.
Fotos: Josefina Lugo/ IMAGEN DEL GOLFO.
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