Las campanas de la Catedral de Veracruz sonaron muy fuertes en memoria de las víctimas de la violencia en México.
Aunque se había anunciado para las 3:00 de la tarde, el repicar arrancó con más de un minuto de anticipación y de pronto, los transeúntes se detuvieron y voltearon hacia el campanario.
La convocatoria fue a un año de los asesinatos de los jesuitas Javier y Joaquín, perpetrados en la sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua.
"Oremos por la paz en nuestro país", señalaba la convocatoria.
No hubo mensaje oficial de ninguna autoridad eclesiástica en la Catedral de Veracruz, sólo fueron las campanadas.
La Catedral construida durante la Colonia Española brillaba mientras el sol que la bañaba en su pared frontal y lateral magnificaba su blancura.
Al concluir las campanadas, los caminantes continuaron sus actividades cotidianas.
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