Don José Carrillo B., es un octogenario que lleva comprando cachitos de la Lotería Nacional desde que era joven. Cada semana compra siempre el mismo número para los sorteos del martes y domingo con la esperanza de pegarle al premio mayor, ya que en dos anteriores ocasiones ha ganado premios menores.
A esta afición por la compra de billetes de lotería, don José la considera un vicio al que comparó como el que tienen las personas que beben alcohol, el cual no deja, aunque pierda.
Este vicio, como le llama, comparte que empezó desde que era niño, no recuerda la edad, pero sí que desde joven empezó a comprar cachitos con la esperanza de algún día ganar el primer lugar, aunque menciona, la suerte le ha socorrido en dos ocasiones.
Sin recordar exactamente el año, comentó que cuando apenas iniciaba el Sorteo Zodiaco se ganó 100 mil pesos, en 2008 la suerte le favoreció ganando 50 mil pesos. Este último premio lo invirtió en la compra de un terreno.
“Tengo un terrenito, ahí está guardadito y va subiendo de a poco. Gana más estar ahí, que metido en el banco”, expresó.
Aunque no le pegó al premio mayor, haber ganado ambos premios fue una emoción difícil de explicar en la que afirma una persona se puede llegar a enfermar porque se acelera el corazón, menciona.
“Una emoción tan bonita, decir ‘bendito sea Dios que me dio esa divina suerte’. Se siente, no sabes ni cómo explicar (…) Si, nos aceleramos en todo, te enferma, te enferma, pero de emoción, porque dices ‘pensar cuándo voy a ganar 100 mil pesos o 50 mil. Jamás. Te cae y dices ya estoy recuperando”, dijo.
Durante estos años que lleva jugando a la Lotería Nacional, don José siempre le ha apostado a un número, el cual prefiere no compartir, pero señala que cuando lo vio le gustó y no lo ha soltado desde entonces.
“Es casual que lo vi y me gustó y dije ‘este no lo suelto’. Y ya no lo voy a soltar, no, porque se me han ido los premios”.
Confiesa que, a lo largo de estos años, tuvo una racha en que se cansó de comprar y no ganar nada por lo que dejó por un tiempo este vicio, sin embargo, fue en ese lapso que su número salió ganador cuatro veces.
“Me aburrí, y dije ‘ya no le pego’, y a los pocos meses cayeron los premios, mire lo que es la suerte buena y mala”.
Sobre esta afición, don José afirma que su esposa e hijos ya están acostumbrados, ya con sus hijos grandes y nietos, subraya que como esposo siempre cumplió con sus obligaciones y compromisos por lo que nunca descuido las necesidades de su familia.
Actualmente en un puesto de la avenida Independencia, en el municipio de Veracruz, compra cachitos dos veces a la semana, para el sorteo del martes que cuesta 30 pesos el billete, y los domingos, cuando se puede compra hasta cinco cachitos del Sorteo Zodiaco, ya que cuesta 20 pesos.
A veces también compra algún billete de sorteos especiales, adicional al Melate, que también juega.
Tiene la esperanza de poder “pegarle” si no al premio mayor si sacar algo, para poder repartir a sus hijos.
Con la caída del premio mayor del sorteo del martes 14 de marzo, en el puerto de Veracruz, dijo que es bueno que haya caído en especial para los necesitados.
La clave dijo es no gastar más de lo que se gana e invertir el dinero en algo que gané más valor con el paso del tiempo, como una propiedad, opinó.
“Hay que tener esperanza, siempre, aunque se lo esté llevando la tostada a uno, pero estamos para distribuir a la familia”, dijo.
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