El senador José Narro Céspedes reveló que en México la gestación subrogada se permite en dos estados: Tabasco y Sinaloa, pero es mucho más común en lugares como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, especialmente en estados donde la pobreza es más extrema.
En estos lugares, donde las niñas son vendidas por sus padres para casarse con personas adineradas, se observa un patrón similar con los embarazos subrogados, donde la única relación es económica, dijo durante su visita al corporativo Imagen de Veracruz.
“En lugares donde las niñas de 12 a 15 años son vendidas por los padres para que se casen con alguna gente que tiene recursos económicos, a partir de una dote, pasa algo similar con los embarazos subrogados, donde la única relación es económica”, afirmó.
El senador aseguró que la mercantilización de la vida humana no puede ser aceptada, y que es necesario preservar los principios y valores de la sociedad. Además, destacó que la gestación subrogada implica problemas de trata de personas, donde las mujeres alquilan su vientre para producir un producto que no es de ellas, similar a la prostitución.
“No podemos estar de acuerdo con la mercantilización de la vida humana, hay principios, hay valores, que no podemos perder como sociedad y que pone en riesgo la vida de quien lo está gestando”, añadió.
El senador también destacó la importancia de distinguir entre una acción voluntaria y una acción motivada por la necesidad económica, especialmente entre las mujeres indígenas que a menudo son víctimas de estas prácticas. Además, resaltó que estos procesos privan a los niños de su derecho a la identidad, que es fundamental para saber quiénes son sus padres y de dónde vienen.
“Hay un derecho del ser humano que es el saber su identidad, de dónde procede, quiénes son sus padres, su familia. Es una parte del esquema de la política neoliberal más cruel, el que la gente tenga que vender su cuerpo para realizar una actividad porque tiene una necesidad económica”, enfatizó.
Dijo que debe haber otra forma donde el derecho de una persona, de querer practicar la paternidad o maternidad, lo pueda ejercer sin pasar por este esquema de rentar la matriz de una mujer para tener a un bebé.
“Hay que respetar el derecho de los demás, el de la mujer y no abusar por su circunstancia”, finalizó.