Las campanas de la Catedral de Veracruz sonaron como casi nunca antes, en una ciudad preocupada por el fantasma del coronavirus, y los fieles que deambulaban por la zona pidieron la ayuda divina, sumándose unos al rezo del Padre Nuestro y otros para San Sebastián.
El vocero de la Diócesis de Veracruz, Víctor Manuel Díaz Mendoza, explicó que con las campanadas del mediodía la feligresía local se sumó al rezo del Padre Nuestro encabezado a miles de kilómetros por el Papa Francisco, en estos momentos cruciales para la humanidad.
SAN SEBASTIÁN
El también párroco de la Catedral mencionó que como el obispo Carlos Briseño Arch lo adelantó hace algunos días, en esta ocasión se pide de manera especial la protección de San Sebastián para que cuide a la población como lo hizo en el pasado ante el azote de la peste, que diezmó a la ciudad.
Durante el Virreinato de la Nueva España y debido a la insalubridad en que se vivía, la ciudad Veracruz fue azotada por plagas como la fiebre amarilla, en una época en que no se tenía conciencia ni conocimientos para prevenir ni para curar las enfermedades transmitidas por fauna nociva.
Entonces y a falta de la medicina, el santo patrono de Veracruz, San Sebastián, intercedió por sus habitantes para devolverles la salud. Así lo entendieron los pobladores de la época.
Más tarde, hace un siglo, en el México lastimado por una revolución que cobró miles de vidas, Veracruz volvió a sufrir otro flagelo: la peste bubónica transmitida al humano por las ratas.
Y de nueva cuenta se encomendaron a San Sebastián.
"Ahora estamos pidiendo la intercesión de San Sebastián en las oraciones que tenemos, ya que en el siglo 16-17 el santo patrono libró a Veracruz de la epidemia, de la peste, y en esta ocasión imploramos que interceda ante Dios para que nos ayude a superar la enfermedad", expresó Díaz Mendoza, en referencia al coronavirus.
Desde su perspectiva, los cuidados que cada persona se procure desde la medicina no riñen con su fe en estos momentos de angustia que vive la humanidad.