Con el Domingo de Ramos arrancaron las actividades en el marco de la Semana Santa y la visita a las iglesias.
Desde antes de las 9:00 de la mañana los feligreses hicieron cola afuera de los templos católicos, en espera de turno, porque continúan las misas con aforo reducido.
Accedían sólo después de recibir gel antibacterial y la toma de temperatura, y una vez con el aforo autorizado, se cerraban las puertas de la Catedral de Veracruz.
Afuera, sobre la avenida Independencia y en el Zócalo de Veracruz, media docena de vendedores de crucifijos y otras figuras de Jesucristo a base de palma, confeccionaban sus trabajos religiosos en espera de clientes.
Sin embargo, pocos curiosos compraban, ante la noticia de que los sacerdotes no los rociarían con agua bendita.
Algunos jóvenes que acompañaban a sus familiares adultos hacían planes para ir a la playa, discutían cuál sería el punto ideal, donde no hubiera mucha gente "para que no digan que no tomamos medidas de protección".
Cabe recordar que a diferencia de otros años, en esta ocasión no habrá procesiones y se recomienda a la feligresía seguir los actos litúrgicos por las redes sociales.