Aplicación de transporte, competencia desleal en Veracruz

Para los trabajadores del volante, la pandemia del coronavirus ha sido más drástica porque se juntó con la invasión de las aplicaciones de internet que son una competencia desleal sin que nadie las frene, afirmó Mario Ortiz Martínez, presidente de la Coalición de Taxistas de Veracruz.

Aunque esas plataformas virtuales irrumpieron desde mucho antes que el Covid-19 apareciera en el escenario mundial y nacional, su efecto ha sido más devastador a lo largo del año 2020 porque la demanda del servicio ya estaba bastante deprimida.

Entonces las plataformas como UBER y otras que aparecen sin hacer mucho ruido se encuentran en ventaja porque operan prácticamente sin invertir un peso y sólo tienen ganancias y ninguna inversión económica, dijo.

Admitió que como todos los prestadores de servicios, esas aplicaciones debieron haber tenido algunas bajas en la demanda a causa de la pandemia, pero su situación no puede compararse con la de los taxis que operan conforme a lo establecido por Transporte Público.

Recordó que el reclamo de los taxistas formales es la igualdad de condiciones, pues quienes trabajan a base de aplicaciones no invierten, no pagan impuestos ni licencia de conducir.

“No hacen los gastos que hacemos nosotros: a nosotros nadie nos perdonó impuestos, nadie nos perdona nada, Una persona desde que compara un coche en una concesionaria, al otro día puede ya trabajarlo en la aplicación. Un taxista, para renovar o cambiar su unidad por una más reciente o una nueva necesita hasta 15 días, y 40 mil pesos para pintarla, comprar el seguro, darla de alta, dar de baja la anterior.

“El costo del seguro es diferente, el costo de la licencia para taxista es más alto y más condicionado porque tenemos que hacer un curso; para las aplicaciones no hay ni una sola condición y sus costos son más baratos”, señaló Ortiz Martínez.

PROTECCIONISMO

El presidente de la Coalición de Taxistas de Veracruz consideró muy sospechoso que pese a los reiterados señalamientos desde que las diversas aplicaciones irrumpieron en el escenario de los servicios, ninguna autoridad las meta al orden.

Los comentarios más socorridos son que esas empresas entraron con ayuda de altos funcionarios del gobierno federal y de los estatales, quizá con intervención directa de secretarios, así como amigos y familiares de gobernadores, pero no se ha demostrado fehacientemente.

“Se necesitaría tener una autoridad muy fuerte o muy relacionada para que haya ese tipo de permisos, no nos engañemos.

Y mientras vienen a pisotear las leyes, reglamentos, todo el fundamento y las normas que regulan al taxista. ¿Entonces para qué nos condicionan tanto a nosotros?

“Aparte de ser una competencia desleal, es una burla para el taxista. No entendemos por qué la autoridad no hace operativos para que esos coches particulares dejen de prestar el servicio de taxis, pues nos parece muy extraño”, remarcó Ortiz Martínez.