La escalada de enfrentamientos este año entre la Guardia Nacional y el crimen organizado en zonas rojas del país, especialmente en municipios de Michoacán, Guanajuato, Sonora y Zacatecas podría ser la base de una estrategia para combatir la violencia, afirmó Alejandro Desfassiaux, experto en temas de seguridad.
Pese a los esfuerzos que realizan la Guardia Nacional y la Sedena, México está muy lejos de pacificarse.
Si el gobierno federal quiere enfrentar eficientemente a estas células criminales, tiene que hacerlo de manera contundente y mostrar supremacía sobre la delincuencia organizada. “Hay que entender que los grupos criminales tienen en la práctica las mismas capacidades armamentísticas, o en ocasiones mayores, que las de las propias autoridades”, mencionó el también Presidente de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI).
De ahí la importancia de impulsar esta nueva estrategia y extenderla hacia otras zonas igualmente violentas, pues es fundamental dejar atrás la estrategia de “abrazos y no balazos”, explicó Alejandro Desfassiaux.
En Michoacán, dijo, se han registrado fuertes enfrentamientos entre la Guardia Nacional y el crimen organizado. En el estado existe una aguerrida disputa entre cárteles y se ha registrado un alarmante incremento de homicidios, masacres y desapariciones en los últimos meses. La serie de pugnas entre estas células criminales ha orillado a más de 35 mil michoacanos a dejar sus residencias y cultivos, por temor a que sean asesinados.
El cobro de piso es otra de las situaciones a las que se enfrentan los oriundos de las zonas de mayor conflicto y es uno de los problemas más arraigados del estado; por lo que el incremento del control territorial de la Guardia Nacional puede ayudar a disminuir este problema en el corto plazo, a fin de combatir a grupos criminales que poseen armas de alto calibre y con sorprendentes capacidades ofensivas.
Sonora, gobernado por el ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, es otra entidad con fuertes enfrentamientos entre la Guardia Nacional e integrantes de la delincuencia organizada. Uno de sus principales problemas es el Cártel de Caborca, fundado por el ahora capo preso Rafael Caro Quintero.