Grupo Sombra, con el ADN del narcoparamilitarismo en Veracruz

Creado durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Grupo Sombra podría ser la primera organización ligada al narcoparamilitarismo en Veracruz y no propiamente un cártel con amplia influencia. Para Ricardo Ravelo, escritor y especialista en temas de seguridad y narcotráfico, el clan criminal constituye un ‘comodín’ protegido desde las instituciones en el poder. 

De ahí que en comparación al Cártel de Jalisco Nueva Generación los golpes asestados en Veracruz al Grupo Sombra sean magros. 

En el norte de la entidad, el Grupo Sombra ha frenado el embate del Cártel del Noreste y, sobre todo, del Cártel de Jalisco Nueva Generación, que prácticamente se apoderó del control de Poza Rica, marginando a Los Zetas. A la par, Grupo Sombra ha impedido que organizaciones criminales antagónicas logren penetrar a Tamaulipas para invadir y ‘calentar’ plazas del Cártel del Golfo. 

Al Grupo Sombra ‘se le puede utilizar en algún momento para enfrentar a otros grupos criminales que generen problemas en Veracruz o que estén ya generando problemas. Las plazas no se pueden quedar sin actividad’, advirtió Ricardo Ravelo. ‘Es un grupo comodín de las instituciones en el poder’. 

Actualmente, las células del Grupo Sombra operan también en Hidalgo, Tamaulipas y San Luis Potosí. Los narcoparamilitares han tejido una intrincada red de poder en el norte de Veracruz, que les permite actuar con absoluta impunidad.  

Policía, políticos, empresarios y criminales son amenazados por igual: nadie debe meterse a los territorios dominados por el grupo narcoparamilitar y sus socios. 

Formados en el primer semestre del 2017, el Grupo Sombra se ha afianzado en el norte de Veracruz, en la frontera con Tamaulipas. Las venas del cártel corren por municipios como Tuxpan, Pánuco, Poza Rica, Coatzintla y Tihuatlán.  

"Si de varones ya habíamos dividido los pueblos, está es una de las primeras llamadas, si ustedes hacen a meterse a los territorios que nos corresponden, no los sorprendan que hagamos lo mismo (sic) ¿somos hombres o niños?", rezaba la cartulina verde firmada por esta célula delincuencial. 

La agrupación se integró por miembros del Cártel del Golfo y desertores de Los Zetas y recrudeció la violencia al norte de Veracruz. Los autodenominados ‘defensores del pueblo’ hicieron obras caritativas y prometieron terminar con quienes ‘dañaban a la gente’.  

Así, Grupo Sombra suelen organizar festivales navideños, de Día de Reyes o Día del Niño. Lo mismo ayudar a damnificados por las fuertes lluvias e incluso jugar al altruismo durante la pandemia de COVID-19, repartiendo narcodespensas. 

Cuestionado sobre la entrega de despensas de Grupo Sombra, el gobernador Cuitláhuac García respondió sin tapujos sobre el clan criminal: “Lo que pasa es que los grupos delictivos se enojan porque estamos contra ellos. Ya no hay pactos ni arreglos. Entonces se molestan y hacen ese tipo de propaganda (…) Fue una cuestión propagandística. No sabemos (si la advertencia) era para los otros grupos criminales, como para decirles aquí no se metan”.   

Sin embargo, para Ricardo Ravelo el Grupo Sombra va más allá de jugar al altruismo y la propaganda, pues comparte rasgos con organizaciones narcoparamiliatares.