Aunque las autoridades han logrado la detención de al menos 29 líderes y más de 80 miembros de células delictivas en Veracruz, las actividades criminales continúan.
Según información oficial, se estima que en Veracruz operan entre "cinco a siete" cárteles y sus ramificaciones.
Las disputas entre estos grupos se concentran principalmente en la región norte de Veracruz, especialmente en municipios como Tuxpan, Poza Rica, Tihuatlán y Papantla.
Lo que se disputan en esa región son el huachicol, cobro de piso, las extorsiones, venta de droga y tráfico de migrantes, de acuerdo con lo señalado por colectivos y observatorios.
Presuntamente, los delincuentes crearon una alianza entre al menos tres grupos delictivos para sacar de la región norte a la célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación, que lidera un sujeto apodado El Coco, a quien le atribuyen las matanzas tanto de Poza Rica como de Tuxpan.
Otro punto crítico es la región de Martínez de la Torre-Tlapacoyan, donde el CJNG ejerce su dominio y extorsiona a agricultores y ganaderos locales. Además, el negocio ilegal de las grúas ha surgido como una fuente de ingresos para grupos delictivos, con la complicidad de funcionarios de Tránsito y Fiscalías regionales.
El campo no ha sido ajeno a la influencia del crimen organizado, con intentos de reclutamiento para el cultivo de enervantes.
Además, se han reportado casos de infiltración de grupos delictivos en la administración pública, con denuncias de alcaldes presionados para ceder el control de recursos municipales, como fue el caso de Sayula de Alemán y Acayucan.