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La incertidumbre golpea nuevamente a los caficultores de la Sierra de Misantla. En las últimas semanas, el precio del café cereza ha caído de 21 a solo 17 pesos por kilogramo, una reducción que afecta directamente la economía de los productores locales y pone en riesgo la rentabilidad de la cosecha 2024-2025.
Francisco Badillo, productor de café en la región, advirtió que esta caída representa un duro golpe para el sector, especialmente porque la cosecha avanza en un 50% y se espera que concluya hasta mediados de marzo, "es preocupante porque los costos de producción no bajan, pero el precio del café sí. Muchos pequeños productores están en riesgo de pérdidas", señaló.
A la crisis del precio se suma la falta de operación de infraestructuras clave, el beneficio de café construido en la comunidad de Salvador Díaz Mirón, junto con la microhidroeléctrica gestionada por la entonces secretaria de Energía y actual gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, permanece inactivo.
Según Badillo, poner en marcha estas instalaciones requiere una inversión considerable, lo que hace inviable su operación durante el presente ciclo de cosecha, "es una obra que podría beneficiar a cientos de productores, pero sin inversión es solo un elefante blanco más", lamentó.
Ante esta situación, los caficultores esperan la entrega de más de 50 mil plantas de café, un apoyo anunciado por el gobierno municipal encabezado por Javier Hernández Candanedo, con esta medida, buscan mejorar la producción y mitigar el impacto de la crisis actual.
Sin embargo, los productores insisten en que se requiere un plan integral de apoyo al sector, que incluya financiamiento, capacitación y estrategias para garantizar precios justos, de lo contrario, advierten, la cafeticultura local seguirá en declive, afectando a miles de familias que dependen de este cultivo.
La crisis cafetalera en la Sierra de Misantla no es nueva, pero la combinación de precios bajos, falta de inversión y proyectos inconclusos agrava aún más la situación, para los productores, el tiempo apremia y el llamado es claro: se necesitan acciones concretas antes de que el daño sea irreversible.