Con la complicidad y protección de Felipe Calderón Hinojosa y Genaro García Luna, el cártel de La Familia Michoacana y, posteriormente, los Caballeros Templarios tendieron sus tentáculos hacia el sur de Veracruz, reveló a Imagen del Golfo el escritor y especialista en temas de seguridad, ambientales y narcotráfico J. Jesús Lemus.
Actualmente, las células de los Caballeros Templarios en Veracruz han sido ‘cooptadas’ por el Cártel del Golfo y el Cártel Jalisco Nueva Generación, advirtió J. Jesús Lemus.
Reportes de inteligencia citados por la prensa nacional refieren que la banda criminal fundada por Nazario Moreno González, 'El Chayo'; José de Jesús Méndez Vargas, 'El Chango Méndez' y Enrique ‘Kike’ Plancarte, resurgió gracias a una alianza y financiamiento de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
Su interés obedece la entrada de precursores y drogas provenientes del Pacífico en territorios de la Familia Michoacana, por lo que el Cártel Jalisco Nueva Generación pactó con bandas locales como ‘Los Viagras’ y células de la Familia Michoacana para controlar el mercado y evitar la entrada de otros grupos como Guerreros Unidos.
J. Jesús Lemus expuso a Imagen del Golfo que Felipe Calderón Hinojosa y Genaro García Luna protegieron no sólo al Cártel de Sinaloa, como ha referido la prensa, sino a varios grupos criminales, entre ellos La Familia Michoacana- Caballeros Templarios, con quienes el político michoacano mantenía estrecha relación.
Felipe Calderón entró en contacto con el capo Nazario 'El Chayo' Moreno desde que por el PAN buscó la gubernatura de Michoacán. De ahí que quedar al frente de la Presidencia de la República, le facilitara extender sus operaciones a varios estados, entre ellos Veracruz, aseveró J. Jesús Lemus a Imagen del Golfo.
Incluso Felipe Calderón convocó a una 'narcocumbre' a Nazario 'El Chayo' Moreno. Además de permitirle operar en los territorios que le había entregado, como Veracruz, el político michoacano pretendía que con los capos se repartiera el territorio nacional a cambio de pacificar al país, tras la guerra que el mismo desató y que ha generado miles de muertes, desapariciones y violencia.
La cruenta disputa de Los Zetas y la Familia Michoacana en Veracruz y su frontera con Oaxaca pasó casi desapercibida para la prensa local, alcanzando su punto álgido al final del gobierno de Fidel Herrera Beltrán y de Felipe Calderón Hinojosa. Así, por ejemplo, en mayo de 2010 células de La Familia Michoacana y del Cártel del Golfo irrumpieron en los límites de Veracruz y Oaxaca y decapitaron a tres de sus rivales y supuestos colaboradores de Los Zetas, para después arrojar las cabezas humanas en los límites de ambas entidades.
En la frente de los asesinados dejaron marcada la letra Z con algún objeto punzocortante. Las dos cabezas de sujetos con corte tipo militar fueron encontrados en Santa Cruz, al pie de la carretera federal 175, frente a la estación de autobuses de Santa Cruz, municipio de Cosamaloapan.
Tenían un narcomensaje contra Los Zetas firmado por la Familia Michoacana y contra “El Timón”, un lugarteniente de Los Zetas en Veracruz.
Las cabezas cercenadas, según versiones extraoficiales, fueron abandonadas por tres sujetos que viajaban en un Volkswagen Jetta Blanco. La Familia Michoacana dejó el mensaje amenazador: “Esto les va a pasar a todos aquellos que apoyen, informen y cooperen con Los Zetas. Y sigues tú Timón. Te vamos a partir la madre. Atte: FM”
A la muerte de Braulio Arellano, encargado de la plaza del estado de Veracruz para el Cártel de Los Zetas, el sujeto que se identificó como El Timón quedó provisionalmente como responsable de reportar todo lo concerniente a los intereses del grupo delictivo en el sur del estado de Veracruz a Raúl Lucio Hernández Lechuga, alias El Lucky, fundador de dicha élite de sicarios y en ese entonces jefe de plaza de Veracruz con Mauricio Guízar Cárdenas, alias El Amarillo o Z 200.
Fueron tantos los compromisos de Calderón Hinojosa con varios grupos del crimen que perdió la gobernabilidad y paz del Estado mexicano. J. Jesús Lemus relató en su reciente libro, El Abogado, que los primeros convocados a una narcocumbre por Felipe Calderón y Genaro García Luna, con ayuda de Sergio Villareal Barragán, ‘El Grande’, operador de Los Beltrán Leyva, fueron Jesús Méndez Vargas, el ‘Chango'; Servando Gómez Martínez, la ‘Tuta'; Nazario Moreno González, El ‘Chayo', cabezas de la Familia Michoacana; e Ismael Zambada García, el ‘Mayo'; Juan José Esparragoza Moreno, El ‘Azul', y Joaquín Guzmán Loera, El ‘Chapo', del Cártel de Sinaloa.
Después, Heriberto Lazcano (el ‘Lazca’) y Miguel Ángel Treviño Morales (el ‘Z-40'), entonces jefes de Los Zetas; Vicente Carrillo Fuentes (el ‘Viceroy’) y Vicente Carrillo Leyva (el ‘Ingeniero’), hermano e hijo, respectivamente, de Amado Carrillo Fuentes (el ‘Señor de los Cielos’), que lideraban el Cártel de Juárez; Eduardo Costilla Sánchez (el ‘Coss’) y José Antonio Cárdenas Martínez (el ‘Contador’), del Cártel del Golfo; y, finalmente, Luis Fernando Sánchez Arellano (también apodado el ‘Ingeniero’) y Enedina Arellano Félix (la ‘Narcomami’), cuyos liderazgos se concretaron al frente de los Arellano Félix, luego de la captura de Francisco Javier, ocurrida el 15 de agosto de 2006.
Por los Beltrán Leyva, aseguró el ‘Grande’, estaba dispuesto a acudir Héctor Beltrán Leyva, el ‘H’, pese a que las fuerzas federales habían matado a mansalva a su hermano Arturo Beltrán Leyva, el ‘Barbas’, en un supuesto intento de captura registrado en Cuernavaca, Morelos, la tarde del 16 de diciembre de 2009, cuando este fue entregado a la Marina por parte de Édgar Valdez Villarreal, la ‘Barbie’, a cambio de un supuesto acuerdo que le permitiría establecer su propio cártel.
Casi todos los que recibieron la invitación de Calderón Hinojosa y García Luna respondieron afirmativamente, reveló J. Jesús Lemús.
Heriberto Lazcano habló en nombre de Los Zetas sin hacer ningún ofrecimiento de entrada. En una conversación telefónica, le manifestó al ‘Grande’ su voluntad de reunirse “el día y lugar que se dispusiera” con los otros jefes de los cárteles y con los representantes del gobierno federal. Y le solicitó que en la reunión únicamente estuvieran quienes tomaran decisiones. Agregó que no estaba dispuesto a tener que esperar días a una respuesta para hacer valer los acuerdos. El ánimo del ‘Lazca’ —relató Villarreal Barragán— cambió totalmente cuando supo que en esa reunión estaría el propio presidente de México (Felipe Calderón): “Entonces cuenta conmigo”, mencionó el jefe de Los Zetas.
García Luna estuvo informado paso por paso de la reunión encomendada al ‘Grande’, lugarteniente de los Beltrán Leyva. Incluso, por disposición del titular de la SSP, se le envió un millón de dólares a cada uno de los jefes de los cárteles que aceptaron sentarse al diálogo, “como una muestra de agradecimiento por la contestación, y como una cortesía para que cada uno de los interesados organizara su propio esquema de movilización”.
García Luna ofreció reembolsar ese dinero, que inicialmente provino de la bolsa de los Beltrán Leyva, una vez que concluyera con éxito la reunión y pudiera entregar buenos resultados en esa estrategia al presidente Calderón Hinojosa, ansioso por terminar con la guerra a la que se dejó llevar.
Finalmente, la reunión entre los jefes de los principales cárteles de las drogas y la cúpula del gobierno nunca se llevó a cabo. La razón fue que a Villarreal Barragán, el emisario de García Luna en esta tarea, lo arrestaron en la ciudad de Puebla el 12 de septiembre de 2010, justo en medio de la organización de la narcocumbre.
Su detención fue obra de la DEA y de un grupo de elementos de la Marina que trabajaban alejados de la influencia del secretario de Seguridad Pública, ante la desconfianza que le estaba despertando al gobierno de Estados Unidos. Para ese entonces, a García Luna ya se le mencionaba como facilitador del narco en por lo menos medio centenar de averiguaciones previas.
El pacto de Felipe Calderón lo llevó a difundir que Nazario Moreno González, 'El Chayo, había sido abatido por las fuerzas federales. El líder de las células de la Familia Michoacana-Caballeros Templarios en Veracruz buscaba retirarse con todas sus riquezas y fingir su muerte, detalló J. Jesús Lemus a Imagen del Golfo. Tiempo después, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, sería evidenciada la mentira de Felipe Calderón y el líder criminal sería 'de nuevo abatido' y esta vez no 'resucitaría' según el gobierno priista...
Sin embargo, versiones han revelado que Nazario Moreno utilizó la fotografía de otra persona para hacerla pasar por la propia. Se trata de Dimas Díaz, uno de sus socios de Sinaloa, pero se usó para hacer espectaculares e incluso muchos medios la siguen usando para decir que es Nazario Moreno.
J. Jesús Lemus aseguró que el también conocido como `'El más loco' no murió ni la primera ni la segunda vez: 'Está vivo, ando buscándolo para una entrevista', expuso recientemente a la prensa de Michoacán.
VIERNES, III PARTE