Tayikistán: Este sería el nuevo hogar del avión presidencial

Desde antes de llegar al poder, el presidente López Obrador prometió que uno de sus primeros actos sería vender el ‘mal habido’ avión presidencial TP-01 ‘José María Morelos y Pavón’.

Casi desde el primer día, el gobierno de López Obrador intentó por todos los medios el vender la aeronave Boeing 787 Dreamliner TP-01, ya sea por sus propios medios o a través de un contrato con las Naciones Unidas.

Sin embargo, y a pesar de que alguna vez ya fue hasta sorteado en la Lotería Nacional, el avión presidencial seguía ocupando su hangar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Hoy, parece ser que su suerte está decidida.

En su conferencia mañanera, López Obrador adelantó que el avión non grato ya tendría un comprador, aunque no dijo de quién se trataría o cuándo serían entregadas ‘las llaves’.

¿Aires europeos?

Fuentes de El Universal indican que este mismo jueves Banobras ya habría firmado un contrato de venta con la República de Tayikistán, que fuera parte de la Unión Soviética hasta los años 90, y que ahora es un pequeño país enclavado en Asia central.

El avión ya cumplía casi cinco años sin ser usado mas que para traslados ocasionales, y que ya habría significado un gasto cercano a los 100 millones de dólares para el gobierno federal.

No se sabe cuánto habría pagado (o pagará) este país con una población inferior a la de la Ciudad de México (poco más de nueve millones de habitantes) y una superficie menor a la del estado de Coahuila (Tayikistán= 144 ml kilómetros; Coahuila= casi 152 mil kilómetros cuadrados).

El presidente actual, Emomali Rahmon, no ha dejado el gobierno desde 1994 y su hijo, Rustam Emomali, sería su sucesor natural, al estar al frente de la Asamblea Nacional desde 2020.

Sorprende que un país con una economía de ingresos medios a bajos se haya interesado en un avión de más de 200 millones de dólares, cuyo valor ofrecido por la UNOPS era de poco más de 117 millones y que posiblemente sea vendido por mucho menos de eso.

Antecedentes

El nuevo avión presidencial fue recibido durante el gobierno de Enrique Peña Nieto para sustituir al Boeing 757-200 ‘Presidente Juárez, que cumplía ya casi 30 años de servicio.

Fue desde el año 2011 cuando se inició el estudio para cambiar dicha aeronave tras el accidente en el que falleció Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación, en un accidente en un helicóptero del Estado Mayor.

Esto orilló al Gobierno de México, tras un exhorto del Congreso, a revisar todas las aeronaves al servicio de la Presidencia y así garantizar la seguridad del máximo mandatario y de los funcionarios a su cargo.