En el marco del 67 aniversario del reconocimiento al derecho al voto femenino en México, que se celebró este pasado 17 de octubre, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, afirmó que nuestro país no podrá alcanzar una democracia plena si las mujeres no logran conquistar mayores espacios de poder y decisión.
Al participar en la serie de diálogos que organizó el Museo de la Mujer respecto a este hecho histórico, la funcionaria reconoció, en su caso particular, obstáculos dentro de sus distintas responsabilidades por motivo de género.
De hecho, acusó haber sufrido de “misoginia” en la actualidad, durante las reuniones del gabinete de seguridad, cuyos integrantes todos son hombres. Un rechazo a sus comentarios, aunque estuvieran correctos, dijo.
Por supuesto, "que dentro del gabinete hay temas de misoginia muy considerables, desde luego", agregó.
Entonces había veces en estos gabinetes de seguridad exclusivamente de varones en donde en ocasiones mi opinión- y digo, no por el presidente, al contrario, el presidente siempre me ha dado mi lugar-, pero entre los miembros una participación mía podría inclusive no ser tomada en consideración en ese momento, aunque yo tuviera la razón y aunque estuviera aportando algo importante”, explicó.
Las cosas no han sido fáciles ni serán fáciles para muchas mujeres”, señaló.
Comentó, sin embargo, que su nombramiento sienta un precedente para que otras dependencias federales puedan de igual forma ser dirigidas también por mujeres, como es el caso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Estoy convencida de que, eventualmente, en la medida que ocupemos más espacios, México entrará de verdad a una nueva etapa en la que no sea motivo de asombro que una mujer ocupe cualquier cargo público”, comentó.
En su exposición frente a Patricia Galeana, directora del Museo de la Mujer, la responsable de la política interior admitió avances de forma general en la participación de las mujeres dentro de la vida pública y privada, pero escaso en áreas como el acceso a la justicia real, más si se es pobre o indígena, o en el plano laboral.
Si trabajamos, se nos considera y se nos discrimina porque se nos considera una carga para el empleador o enfrentamos incluso una doble jornada.
Entonces, creo que ese simple hecho habla de qué a nuestros países, y en este caso particularmente a México, todavía no podemos hablar de un país totalmente democrático, sino hasta que las mujeres tengan una representatividad igual a la que tienen los varones”, sostuvo.