El estado de ánimo y la satisfacción de los mexicanos con la vida crecieron al inicio de 2024 en comparación con un año antes, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esto de acuerdo con el Bienestar Autorreportado (BIARE Básico), que se basa en la valoración que otorgan las personas adultas de las zonas urbanas a tres dimensiones del bienestar subjetivo: 1) balance anímico, 2) nivel de satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma y 3) nivel de eudemonía o bienestar espiritual, que se relaciona con el sentido de propósito en la vida.
En el primer mes del año, el promedio del balance anímico de la población adulta se ubicó en 6.6, un 0.2 más que al inicio del 2023. Este rubro se construye con base en los estados de ánimo que la persona experimentó el día anterior a la entrevista. A los positivos se restan los negativos y se expresa en un rango de -10 a 10.
Así, la calificación promedio de este año alcanzó un máximo histórico, ya que fue la mayor registrada desde 2015. No obstante, solamente fue mayor por 0.1 puntos al récord anterior. Desde 2015, la cifra ha sido relativamente estable, estableciéndose en un rango entre 5.7 y 6.5.
Al distinguir por género, las mujeres muestran menor balance anímico respecto a los hombres en promedio, ya que reportan 6.4, frente a un 6.7.
Esta brecha es una constante, ya que a través de los años, las mujeres siempre reportan una menor cifra que los hombres, desde que inició el registro. Sin embargo, la brecha de 2024 es menor que en 2023, cuando se registraron los valores de 6.2 y 6.8 respectivamente.
La diferencia entre géneros se registró en todos los grupos de edades durante enero de este año. No obstante, la mayor brecha se registra entre las personas de 30 a 44 años.
En general, el grupo de población con el balance general más bajo son las mujeres de esta edad, que solamente calificaron su sentimiento en 6.3. A su vez, el sector con la cifra más alta son los hombres de 30 a 44 años, que tuvieron 6.9.
A su vez, las mujeres registraron niveles más altos que los hombres en el promedio de estados anímicos negativos.
En este rubro, los mayores porcentajes para ambos géneros fue en la dicotomía entre tranquilo frente preocupado o estresado, ya que en enero de 2024, 5.6 % de la población adulta reportó más preocupaciones o estrés que tranquilidad.