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Las nuevas baterías podrían no ser de litio, sino de sodio

Avances recientes revelan que las baterías de sodio se pueden recargar diariamente por años

Ciudad de México | 2023-04-12 | Redacción/SinEmbargo
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El sodio se encuentra en todo el mundo como parte de la sal. Se vende entre uno y tres por ciento del precio del litio y es químicamente muy similar.

Los avances recientes significan que las baterías de sodio ahora se pueden recargar diariamente durante años; en pocas palabras: podrían ser incluso mejores que las baterías de litio porque su capacidad energética ha aumentado. ¿Y quién está desarrollando esa tecnología que podría sacudir al mundo? Sorpresa: es China.

“En Changsha, en las profundidades del interior de China, miles de químicos, ingenieros y trabajadores de la fabricación están dando forma al futuro de las baterías. La Universidad Central del Sur de la ciudad produce graduados que están avanzando en la tecnología, al igual que la Universidad de Stanford moldeó las carreras de los empresarios de Silicon Valley que fueron pioneros en microchips".

"Al otro lado del río Xiang, grandes fábricas mezclan minerales en los compuestos altamente procesados que hacen posibles las baterías recargables”, cuenta Keith Bradsher, periodista de The New York Times en China.

“Estas baterías –agrega el periodista–, en su mayoría hechas de litio, han impulsado el auge de los teléfonos móviles y otros productos electrónicos de consumo. Están transformando la industria automotriz y pronto podrían comenzar a hacer lo mismo con los paneles solares y las turbinas eólicas, cruciales en la lucha contra el cambio climático".

"China domina su refinación y producción química. Ahora China se está posicionando para comandar la próxima gran innovación en baterías recargables: reemplazar el litio con sodio, un material mucho más barato y abundante”, agrega en un reporte reciente.

De acuerdo con el periodista, en Changsha, China, los graduados del frondoso campus de la Universidad Central del Sur están trabajando en tecnología de baterías de sodio en laboratorios de investigación cercanos dirigidos por empresas como BASF de Alemania, el mayor fabricante de productos químicos del mundo.

Una de las primeras grandes fábricas de productos químicos para baterías de sodio ya está en construcción a pocas cuadras de los laboratorios.

“Los ejecutivos de baterías chinos dijeron en entrevistas que habían descubierto el año pasado cómo hacer que las celdas de las baterías de sodio fueran tan similares a las de litio que se pueden hacer con el mismo equipo".

"El gigante chino CATL, el mayor fabricante mundial de baterías para autos eléctricos, dice que ha descubierto una forma de usar celdas de sodio y de litio en el paquete de baterías de un solo auto eléctrico, combinando el bajo costo y la resistencia a la intemperie de las celdas de sodio con el rango extendido de celdas de litio. La compañía dice que ahora está preparada para producir en masa estos paquetes de baterías mixtas”, agrega Keith Bradsher.

La investigación sobre el uso de sodio para las baterías comenzó en serio en la década de 1970, liderada entonces por los Estados Unidos, dice el periodista. Investigadores japoneses lograron avances cruciales hace una docena de años.

“Desde entonces, las empresas chinas han tomado la delantera en la comercialización de la tecnología. De las 20 fábricas de baterías de sodio ahora planificadas o que ya están en construcción en todo el mundo, 16 están en China, según Benchmark Minerals, una firma consultora. En dos años, China tendrá casi el 95 por ciento de la capacidad mundial para fabricar baterías de sodio. La producción de baterías de litio seguirá eclipsando la producción de baterías de sodio en ese punto, predice Benchmark, pero los avances en sodio se están aceleran”.

EL DESINTERÉS

Esto tiene mucha congruencia. El desinterés de Estados Unidos en temas cruciales ha dado ventajas competitivas a China. Muchos estadounidenses se mantienen escépticos sobre los vehículos eléctricos debido a los altos precios y la escasez de estaciones de recarga, reveló hace unos días una encuesta.

Un 40 por ciento de ellos dice que podría cambiarse a ese modo de transporte, pero el fin de la afinidad por los vehículos a gasolina no parece inminente.

El sondeo de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research y el Instituto de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago muestra que el plan del Gobierno estadounidense de aumentar las ventas de vehículos eléctricos podría encarar la resistencia de los consumidores.

Solo un ocho por ciento de los adultos en Estados Unidos dice que ellos o alguien de su familia tiene un vehículo eléctrico y solo un ocho por ciento dice que alguien de su familia tiene un vehículo híbrido.

Incluso con créditos impositivos de hasta siete mil 500 dólares por la compra de un vehículo eléctrico, será difícil persuadir a los consumidores para que abandonen sus autos a gasolina y compren unos que sean menos contaminantes.

Las automotrices están invirtiendo miles de millones de dólares en fábricas y baterías, a fin de agilizar la transición hacia vehículos eléctricos, con el propósito de reducir la contaminación y combatir el cambio climático.

Bajo una propuesta de la Agencia de Protección Ambiental, aproximadamente dos terceras partes de las ventas de automóviles en 2032 serían de vehículos eléctricos, y el presidente Joe Biden ha fijado una meta de hacer que la mitad de todas las ventas sean de vehículos eléctricos para el año 2030.

Pero solo un 19 por ciento de los adultos en Estados Unidos dice que es “muy” o “extremadamente” probable que compre un vehículo eléctrico la próxima vez que compre un carro, según el sondeo, 22 por ciento dice que es algo probable y 47 por ciento dice que es poco probable.

Un 60 por ciento dice que una razón importante de su escepticismo es el alto costo de los vehículos, mientras que un 25 por ciento dice que esa es una razón menor. Solo un 16 por ciento dice que el alto costo no es un factor de su reticencia para comprar un vehículo eléctrico.

Un vehículo eléctrico nuevo, en promedio, cuesta más de 58 mil dólares en Estados Unidos, un precio muy por encima de lo que puede pagar una familia estadounidense común. (El precio promedio de un vehículo a gasolina es de menos de 46 mil dólares). Los créditos impositivos aprobados el año pasado como parte de la Ley de Reducción de la Inflación buscan bajar los precios y atraer a más compradores.

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