El Santario Ostok y La asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) anunciaron que pudieron rescatar a 70 hipopótamos de la colección privada del narcotraficante colombiano Pablo Escobar.
Estos ejemplares corren el riesgo de ser sacrificados en Colombia, se habla que su población ronda entre los 140 y 150 hipopótamos, aunque este ejemplar se considera una “especie exótica invasora” ya que el índice de crecimiento aumento en los último 50 años.
El presidente de la AZCARM, Ernesto Zazueta, argumento que los hipopótamos son descendientes directos de los que compro el máximo capo de Colombia, Pablo Emilio Escobar Gaviria, estos consta de tres hembras y un macho, estos fueron importados de Estados Unidos a la hacienda Nápoles, propiedad del narcotraficante.
Zazueta, lamenta que el arribo de los hipopótamos a tierras mexicanas tenga un retraso ya que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimetaria (SENASICA) no ha emitido el documento de los requisitos zoosanitarios que deben tener los ejemplares.
“Les da flojera y temor meterse en temas que en algún momento pueden ser arriesgados, porque puede haber críticas, pero nosotros contamos con el conocimiento, el espacio y con todo para moverlos y poder tenerlos en excelentes condiciones”, destacó.
Por su parte, Sara Jaramillo, directora de la Fundación Instinto, que se encuentra ubicada en Colombia, argumentó que su país tiene una responsabilidad grande en trata de conservar esta especie, ya que en tierras colombianas cuentan con la colonia de hipopótamos más grande fuera de África.
Señaló que los primeros ejemplares llegaron a Antioquia fueron parte del zoológico del Escobar, ya que el capó tenía en la Hacienda Nápoles, animales exóticos de todas partes del mundo.
Puntualizó que cuando decomisaron la Hacienda Nápoles y los únicos animales que no pudieron reubicar por la complicación que esto generaba, los dejaron ahí, pero estos, se reprodujeron sin control.
Jaramillo, señalo que con la reproducción abarcaron gran parte de la isla, por lo que expandieron su fronteras, al grado de incursionar en otras islas donde tuvieron interacciones con humanos, pero con ello, aumentó el tráfico ilegal de crías de hipopótamos.
Para finalizar, Sara Jaramillo, augura que con este movimiento de rescate de los hipopótamos que el Santuario Ostok y AZCARM realizarán, el gobierno colombiano se motive a poder ayudar a controlar y conservar a estos peculiares animales.