Desde el último mes, las altas temperaturas han azotado a prácticamente todo el país; sin embargo, todo parece indicar que las lluvias podrían estar más cerca de lo que crees, gracias al fenómeno conocido como La Niña.
Actualmente, el fenómeno de El Niño permanece golpeando al territorio mexicano con calores extremos que incluso han sobrepasado los 45 °C en algunos estados, pero este ya va perdiendo fuerza, por lo que el calor también comenzará a disminuir poco a poco.
Ahora, dará paso a La Niña, fenómeno meteorológico que vendrá acompañado con lluvias, vientos y descargas eléctricas. Aquí te decimos cuándo llega y qué estados serán los más afectados, para que estés preparado. ¡Toma nota!
De acuerdo con los pronósticos emitidos por expertos, el calor sofocante permanecerá en toda la República Mexicana durante los meses de abril y mayo; no obstante, a partir de junio las condiciones climáticas cambiarán, para dar paso al fenómeno de La Niña.
Dicho fenómeno, que favorecerá la disminución de las sequías en México y ayudará a refrescar el ambiente, durará hasta el mes de agosto, por lo que abarcará prácticamente todo lo que es el verano, para así dar paso al cambio de estación y el inicio del otoño.
En México, La Niña podría afectar especialmente los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, donde dejará las siguientes condiciones climatológicas:
Pero ¿qué es el fenómeno de La Niña, del que todo mundo habla? Este es un fenómeno oceánico caracterizado por el enfriamiento de las aguas superficiales de la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial y por cambios en la circulación atmosférica tropical.
Dichas condiciones repercuten en los regímenes de temperatura y precipitaciones en diversas partes del globo, incluida América del Sur, por lo que suele provocar lluvias por encima de lo normal en el sudeste asiático y Australasia, así como en otras islas de la región.
Lo peligroso de esto es que llega a generar severas inundaciones que ponen en riesgo a la población y los cultivos. Aunque en ocasiones se ve el extremo opuesto y favorece las condiciones de sequía.