REDIM en México califica de inadmisible acto del Dalai Lama al besar a un niño

En los últimos días, el video del Dalai Lama ha dado de que hablar ante muchas organizaciones sin fines de lucro que se han indignado por los actos donde le pide a un niño que le dé un beso y “chupe su lengua”, por lo que han salido a pronunciarse diferentes organizaciones defensoras de los derechos humanos de infantes.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) indicó que la disculpa pública que realizó el Dalai Lama en Twitter no es suficiente ante los actos que generó con su video y al realizarse dicha solicitud al menor, calificando de inadmisible su comportamiento.

REDIM indicó que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, más del 50 por ciento de los niños, niñas y adolescentes padecen en algún momento de su vida algún tipo de abuso, enfatizando que estamos viviendo en un contexto donde la violencia es una realidad y por ello se debe atacar, sin ver si son personalidades que ocupan un cargo público o tienen algún tipo de liderazgo.

Aseguraron que son actos que la sociedad mira y reproduce, por ello es importante que se acate de inmediato para que no exista un caso similar, por ello enfatizó que la Red por los Derechos de la Infancia en México celebra que alguna parte de la sociedad rechace el acto del Dalai Lama, alcanzando el repudio del líder espiritual del pueblo tibetano.

Señalaron que existe una mayor preocupación por la viralización del video y las consecuencias que pueda traerle al menor, por lo que exigió que al niño se le brinde acompañamiento de algún tipo para que pueda procesar el acto ocurrido con el Dalai Lama y que fue exhibido a nivel mundial.

Indicaron que REDIM y la organización Tejiendo Redes Infancia son los que en México se han pronunciado por la reacción del Dalai Lama, que al ser un hombre de 87 años haya realizado una agresión evidente contra un niño de 9 años de edad.

Mencionaron que es importante conocer que las consecuencias que traerán estos actos y no interpretar el beso de un adulto hacia un niño como un acto de “broma” o “demencia senil”, exigiendo que no se le proteja al jerarca religioso y que haya consecuencias ante este acto que calificaron como injustificable.

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