El gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, emitió el jueves una nueva orden a nivel estatal para el uso obligatorio de cubrebocas, una hora después de que la legislatura del estado, controlada por los republicanos, revocara una orden previa del gobernador bajo el argumento de que carecía de las facultades para emitir tal decreto.
En un mensaje por video, Evers indicó que su prioridad es mantener segura a la población, y que el uso de mascarillas es la manera más simple de hacerlo.
Si la legislatura sigue jugando a la política y nosotros seguimos sin usar mascarillas, vamos a ver más muertes que eran prevenibles, y va a tomar aún más tiempo enderezar nuestro estado y nuestra economía”, afirmó Evers.
El voto de la Asamblea se dio una semana después que el Senado aprobara revocar el mandato. Los republicanos, que controlan ambas cámaras, argumentaron que Evers rebasó sus facultades al ampliar repetidamente la orden del uso de mascarillas sin aprobación legislativa. La derogación ni siquiera había entrado en vigor antes de que Evans emitiera la nueva orden.
Los líderes republicanos no respondieron de momento mensajes en busca de comentarios sobre la nueva maniobra de Evans.
El doctor Bud Chumbley, presidente de la Sociedad Médica de Wisconsin, arremetió contra el voto de la Asamblea y dijo que la revocación “enviaba el mensaje erróneo en el peor momento”.
Necesitamos que todos nuestros líderes políticos envíen un solo mensaje: usen una mascarilla para protegerse ustedes y a los demás, evitemos más muertes y reactivemos nuestra economía”, exhortó en un comunicado.
La Sociedad Médica fue una de cerca de 60 organizaciones que representan negocios, trabajadores de sanidad, hospitales, bomberos, farmacéuticos, iglesias, escuelas y más que se oponen a la revocación.
La Asamblea votó 52-42 a favor de revocar la orden, aunque siete republicanos y todos los demócratas votaron en contra.
La Corte Suprema podría poner fin a las medidas legislativas con un fallo en un caso pendiente que argumenta que Evers debe contar con la aprobación de los legisladores cada 60 días. La corte podría también determinar que el gobernador no necesita la aprobación de las cámaras, lo que obligaría a la legislatura a revocar toda orden emitida por Evers con la que los republicanos no estén de acuerdo.