Estados Unidos anunció que suspendería la aplicación de los aranceles del 25% a las exportaciones canadienses que entrarían en vigor el 4 de febrero, tras un acuerdo alcanzado entre el presidente Donald Trump y el primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Este pacto surge luego de una serie de conversaciones entre ambos líderes, que se centraron principalmente en la cooperación para reforzar la seguridad en la frontera común, especialmente en la lucha contra el tráfico de fentanilo.
En una llamada telefónica celebrada el lunes 3 de febrero, Trudeau informó que Canadá había acordado aumentar sus esfuerzos para controlar la frontera con Estados Unidos.
El país del norte se comprometió a desplegar nuevas tecnologías, helicópteros y más personal de seguridad en su frontera para detener el flujo de fentanilo, una droga que ha afectado gravemente a la sociedad estadounidense.
Trudeau destacó que esta medida involucraría una inversión significativa: mil 300 millones de dólares para reforzar la seguridad fronteriza. Además, el primer ministro canadiense detalló que alrededor de 10 mil agentes se encargarían de las tareas de seguridad en la zona, con la intención de reducir el tráfico de drogas y otros crímenes organizados.
El nuevo enfoque también incluye catalogar a los cárteles como grupos terroristas y establecer vigilancia las 24 horas del día, añadió Trudeau en su cuenta de X.
La implementación de estas medidas también dio paso a la creación de una Fuerza de Ataque Conjunta Canadá-Estados Unidos, cuyo objetivo será combatir el crimen organizado y el lavado de dinero, con un respaldo adicional de 200 millones de dólares.
La conversación entre los dos líderes también abordó la creciente preocupación por los efectos económicos de los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos canadienses.
Estos aranceles, que inicialmente afectaban a todos los productos importados de Canadá, a excepción del petróleo, amenazaban con desestabilizar aún más los mercados globales ya afectados por la guerra comercial.
El presidente Trump había justificado estas medidas, argumentando que su propósito era frenar el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo, que ha cobrado miles de vidas en Estados Unidos.
A pesar de la suspensión temporal de los aranceles, las tensiones continuaron en otras áreas, como lo evidenció la provincia de Ontario, que anunció la prohibición de empresas estadounidenses en contratos públicos. Esto, según el primer ministro de Ontario, Doug Ford, representaba una pérdida significativa para las empresas de Estados Unidos.
La suspensión de los aranceles, aunque temporal, refleja un esfuerzo de ambos gobiernos para encontrar soluciones a la crisis del fentanilo y otros problemas transfronterizos.
Sin embargo, la medida también es indicativa de la presión económica que genera la guerra comercial y sus efectos colaterales, como las decisiones de Ontario.
Mientras tanto, el acuerdo entre Trump y Trudeau parece ser solo un primer paso en la construcción de una colaboración más estrecha para frenar el crimen organizado y la droga que afecta a ambos países.