En una cárcel de mujeres cercana a la capital de Honduras, Tegucigalpa, se produjo un enfrentamiento entre miembros de pandillas que resultó en al menos 41 muertos, según informó una fuente policial.
El enfrentamiento dejó al menos cinco heridas, las cuales fueron trasladadas al Hospital Escuela en la capital. Ante esta situación, la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, declaró una "emergencia" en el Centro Femenino de Adaptación Social.
No vamos a tolerar actos vandálicos ni irregularidades en esa cárcel. Se autoriza la intervención inmediata con el acompañamiento de bomberos, policías y militares. Se declara emergencia, comentó la funcionaria en Twitter.
Delma Ordóñez, presidenta de la Asociación de Familiares Privados de Libertad, relató a medios locales que las víctimas pertenecían a la pandilla Mara Salvatrucha, y sospecha que el ataque fue perpetrado por miembros de la pandilla rival Barrio 18.
Ordóñez afirmó que el módulo de la cárcel quedó completamente destruido y que fue incendiado por completo. Según sus declaraciones, en la prisión hay alrededor de 900 reclusas.
Villanueva fue nombrada en su cargo después de que varios enfrentamientos en cuatro prisiones en abril resultaran en una muerte y siete heridos. La viceministra anunció de inmediato un plan para controlar las 26 prisiones del país, que albergan a unos 20,000 internos.
El plan incluye un "desarme real a través de registros manuales y electrónicos permanentes en el 100% de las instalaciones" y el "bloqueo total de la señal telefónica" para evitar que los reclusos dirijan actividades criminales desde las cárceles.
Según las autoridades, los líderes del crimen organizado que están presos ordenan extorsiones, secuestros, asesinatos por encargo, operaciones de drogas y otros delitos desde el interior de las prisiones.