La familia de un mexicano muerto a manos de los alguaciles en el condado de San Diego, California, demandó y recibirá una indemnización.
El mexicano Marco Antonio Nápoles Rosales murió a manos de alguaciles en San Diego en agosto de 2018. El condado pagará una indemnización de más de 1.3 millones de dólares a su familia.
Los alguaciles en San Diego aprehendieron a Marco con violencia después de que una vendedora le pidiera retirarse de una gasolinería en Fallbrook. Uno de los agentes respondió al llamado de la empleada. El hombre se negaba a salir de la tienda, según la Oficina del Alguacil de San Diego.
La familia de Marco Antonio aseguró que el mexicano tuvo “un mal día” porque no tenía dinero. Marco caminó varios kilómetros hasta la gasolinera para hablar desde un teléfono fijo después de que su auto se quedara parado en la autopista. Marco Antonio nació en Sonora, pero vivía en California.
Según la versión del condado, a petición de Marco, el oficial llegó al lugar y llamó a la familia del mexicano. Después de exigirle que abandonara el negocio, empezaron a forcejear. Sin embargo, Marco se negó a entregar su mochila para que la revisaran.
Durante el forcejeo, el mexicano se cayó al suelo con el oficial y no se dejaba arrestar. Ante la situación, ocho agentes llegaron para auxiliar a su compañero en la detención.
Los alguaciles usaron una pistola paralizante y una camisa de fuerza para someter a Marco. Estos hechos se mostraron en un video, donde el mexicano recibió seis descargas eléctricas hasta quedar inconsciente.
Después lo llevaron a un hospital en una ambulancia, pero en el traslado sufrió un paro cardiaco y murió. La familia del mexicano demandó al condado y el Consulado de México en San Diego respaldó la demanda.
La mamá de Marco expuso que su hijo estaba desarmado durante el arresto, además no tenía antecedentes penales.