El año 2023 quedó marcado en América Latina y el Caribe por una serie de desastres climáticos sin precedentes, atribuidos al fenómeno de El Niño y al impacto del cambio climático inducido por la actividad humana.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año pasado registró un récord de afectaciones relacionadas con el clima, con un aumento significativo en eventos extremos como tormentas, inundaciones, sequías e incendios forestales.
- La secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, destacó que el aumento de estos eventos extremos se debe a la combinación de condiciones asociadas a El Niño con los efectos del cambio climático generado por la actividad humana.
El fenómeno de El Niño, caracterizado por el calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, ocurrió en un contexto de clima alterado por la intervención humana.
Según el informe de la OMM, en 2023 se reportaron un total de 67 episodios de desastres meteorológicos, hidrológicos y climáticos en la región, siendo el 77 por ciento de estos eventos relacionados con tormentas e inundaciones.
- Entre estos desastres, se destacó el huracán Otis, que azotó el balneario mexicano de Acapulco en octubre, dejando un saldo trágico de al menos 45 muertos y daños millonarios.
- La sequía fue otro de los fenómenos climáticos destacados en 2023. En la Amazonía, se registró el nivel más bajo del río Negro en más de 120 años, mientras que el tráfico de buques por el Canal de Panamá se vio gravemente afectado desde agosto.
- En la cuenca del Plata, la sequía golpeó el norte de Argentina y el sur de Brasil, afectando especialmente a Uruguay, que experimentó su verano más seco en 42 años, enfrentando una escasez crítica de agua.
Las lluvias torrenciales también causaron estragos en varias regiones. En el sudeste de Brasil, en febrero, y en Jamaica, Haití y República Dominicana, en noviembre, se registraron deslizamientos de tierra e inundaciones que dejaron decenas de víctimas mortales.
- El informe de la OMM advierte sobre la urgencia de tomar medidas para hacer frente a los impactos cada vez más graves del cambio climático en la región. Se necesita una acción coordinada a nivel internacional para mitigar los efectos adversos del calentamiento global y fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a los eventos climáticos extremos.