En Estados Unidos como en Canadá son costosas las licencias para establecer un negocio de venta legal de marihuana y se privilegia a las grandes corporaciones, por lo que continúa la existencia de mercados ilegales, afirmaron los especialistas Aarón Díaz Mendiburo y Robert Chlala.
Incluso hay compañías que operan en los dos ámbitos: tanto en el formal como en el ilegal.
El académico Díaz Mendiburo expuso que de acuerdo con el Global Cannabis Report, en 2019 se estimó que aproximadamente 263 millones de personas en el mundo eran consumidoras de esta planta.
Ante ello, la industria “del oro verde” necesitó incrementar el número de empleados. Para 2020 se proyectaban 238 mil empleos, sólo en los lugares donde su consumo se ha legalizado.
En Canadá, por ejemplo, en 2018 se calculaba que existían cerca de 10 mil trabajadores en este sector, pero aumentarían hasta 150 mil en los años siguientes.
Una cantidad importante de ellos son temporales, quienes provienen de naciones como México, Guatemala y/o Jamaica, y enfrentan condiciones salariales y de vivienda precarias. Es una industria naciente, pero sin seguridad para sus trabajadores.
Otro porcentaje considerable llega como turista y trabaja en los campos de cultivo pensando que como en esa nación hay estados que legalizaron el uso recreativo y/o medicinal de la planta, los agricultores cuentan con licencia para sembrarla, pero no es así. “Gran parte sigue siendo ilegal, en términos jurídicos”, dijo.
Díaz Mendiburo, doctor en antropología y quien estudia el tema de la responsabilidad social empresarial en la industria de la marihuana, agregó: hace falta transparencia en este sector de la economía, pues los trabajadores deben firmar acuerdos para no hablar acerca de su labor, por lo que las investigaciones suelen realizarse con personas que fueron despedidas.
Por su parte, el profesor adscrito al Departamento de Sociología Urbana de la Universidad Estatal de California en Long Beach, Robert Chlala, comentó que en Estados Unidos se estima que hay cerca de medio millón de empleados en ese sector. En Los Ángeles podría haber aproximadamente 200 mil, pero no se sabe con certeza ya que no todos declaran laborar en este rubro, debido a que todavía existe mercado ilegal. En 2015, añadió, se estimaba que había cerca de dos mil dispensarios en esa ciudad, con cinco o seis personas trabajando en cada uno.
Robert Chlala aseveró que la línea entre lo formal e informal en este mercado es delgada, borrosa. Además, la policía efectúa “redadas” para cerrar tiendas que luego surgen en otros lugares, por lo que estimó que existen compañías que trabajan en “los dos mundos”: el legal e ilegal.