El magnate tecnológico Elon Musk ha presentado una demanda contra el propietario de un restaurante en el norte de Inglaterra, Amanj Ali, debido al nombre de su establecimiento.
Amanj Ali, dueño de un local de pollos y pizzas en Bury, Greater Manchester, se encuentra en el centro de una disputa legal con la empresa automotriz Tesla, propiedad de Elon Musk, por el nombre de su negocio: "Tesla Chicken & Pizza".
Aunque Ali registró la marca comercial en mayo de 2022, inspirado por el inventor Nikola Tesla, la empresa de Musk objetó la solicitud de protección internacional para marcas comerciales en la categoría de alimentos y bebidas en el Reino Unido.
Ali, al explicar su elección de nombre, mencionó su admiración por Nikola Tesla, describiéndolo como "un tipo inteligente" y compartió cómo en su juventud se sumergió en la lectura y la contemplación de fotos relacionadas con el inventor.
El propietario del local expresó a la BBC su desafío como un pequeño empresario frente a una gran corporación perteneciente al hombre más rico del mundo, enfatizando la desigualdad en la lucha legal.
Imagina, solo soy un pequeño empresario que maneja una tienda de pollos, y hay una gran empresa que pertenece al hombre más rico del mundo
Tras consultar con su abogado, reveló que Tesla le ofreció inicialmente £750 para adquirir los derechos de su marca en mayo de 2022. Sin embargo, Amanj consideró esta oferta insuficiente y, en tono jocoso, expresó que solo aceptaría "750.000 libras esterlinas".
Este comentario, transmitido por su abogado a Tesla, fue utilizado en su contra como evidencia de "mala fe" por parte de Amanj durante el proceso legal. Aunque el comentario inicial fue una broma, Tesla lo utilizó para argumentar exitosamente en su contra.
La Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido ha fallado a favor de Tesla en la disputa sobre el nombre del restaurante "Tesla Chicken & Pizza", ordenando al propietario, Amanj Ali, pagar una compensación entre 4 mil y 5 mil 53 euros.
Aunque Ali consideró la posibilidad de apelar la decisión, los altos costos legales y el estrés asociado finalmente lo llevaron a decidir no hacerlo.
El impacto de la demanda trascendió lo laboral, afectando la vida personal y el bienestar de Ali. El propietario compartió cómo la disputa legal afectó su sueño y trabajo, subrayando las consecuencias emocionales del proceso.
Este caso resalta un problema más amplio, donde otras pequeñas empresas han enfrentado dificultades similares con gigantes corporativos.
En octubre del año pasado, Threads Software Limited, una pequeña empresa de software del Reino Unido, resistió los intentos de la empresa tecnológica Threads de Meta para que cambiara su nombre, incluso rechazando ofertas de compra de su dominio en cuatro ocasiones.