Desde antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, la integración del Río Sena como uno de los escenarios deportivos generó polémica entre deportistas, entrenadores y aficionados debido a la mala calidad del agua del afluente que cruza la capital francesa.
Lo anterior fue motivo de que la competencia varonil de triatlón, originalmente prevista para el 30 de julio, fuese aplazada de última hora, llegando incluso a analizarse la opción de omitir la fase de nado, convirtiendo la prueba en duatlón.
Y es que diversos medios de aquel país han informado que la triatleta belga Claire Michel lleva cuatro días hospitalizada luego de su participación en la competencia del triatlón femenino, misma durante la cual tuvo que nadar en el Río Sena.
Se presume que la deportista sufre una infección producto de la bacteria E. Coli, la cual puede generar problemas estomacales e intestinales como diarrea y colitis hemorrágica.
Debido a la situación, el Comité Olímpico de Bélgica se retiró de la prueba mixta de relevos que se disputará mañana lunes, y señaló que espera que sirva de lección para futuras competiciones de triatlón en los Juegos Olímpicos.
Al escándalo se suman las declaraciones de otros atletas previas y posteriores al caso de Michel, quienes exhibían su malestar por “ciertas irregularidades” durante las pruebas que requerían nadar en el afluente parisino. El también belga Marten Van Riel no se guardó nada un día antes de la prueba:
“Si la prioridad fuese la salud de los atletas, este evento se habría desplazado a otra localización hace mucho tiempo. Solo somos marionetas en un show televisivo”.