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Las redes sociales han registrado una avalancha de ilustraciones que evocan el inconfundible estilo del Studio Ghibli. Sin embargo, estas imágenes no provienen del talento de Hayao Miyazaki o Isao Takahata, sino de herramientas de inteligencia artificial (IA).
La tecnología ha logrado imitar con asombrosa precisión la estética artesanal del legendario estudio japonés, generando un debate sobre los límites del arte digital.
Mientras que las producciones de Ghibli requieren miles de ilustraciones hechas a mano y un meticuloso proceso creativo, esta nueva tendencia se apoya en algoritmos avanzados, como ChatGPT-4o y DALL·E, para generar imágenes en cuestión de segundos.
Influencers y artistas han comenzado a experimentar con estas herramientas, aprovechando la capacidad de la IA para crear composiciones que antes requerían días de trabajo.
De acuerdo con CAESCO, herramientas como ChatGPT y DALL·E pueden analizar las imágenes cargadas en sus sistemas para extraer información sensible, incluyendo:
El problema no es nuevo: subir una fotografía a una plataforma digital conlleva la pérdida de control sobre su uso. Las políticas de privacidad de muchas aplicaciones permiten la recopilación y utilización de datos, lo que implica que la información del usuario podría ser aprovechada de maneras inesperadas.
Para minimizar los riesgos asociados al uso de inteligencia artificial en la creación de imágenes, los expertos recomiendan:
El avance de la IA es imparable, pero la discusión sobre su impacto en el arte y la privacidad apenas comienza. Lo que hoy es una tendencia en redes podría redefinir los límites de la creatividad y la protección de datos en el futuro.
El crecimiento de esta tecnología ha reavivado la discusión sobre la ética del uso de IA en el arte. Por un lado, se destaca la democratización de la creación visual; por otro, surgen preocupaciones sobre el plagio y la falta de reconocimiento para los ilustradores que han dedicado años a perfeccionar su estilo.
Según el Centro de Análisis y Estudio de la Comunicación (CAESCO), la problemática va más allá de la copia estilística. Estas plataformas también pueden representar un riesgo para la privacidad, al recopilar datos biométricos de los usuarios que suben sus imágenes para ser procesadas por la IA.