Las esponjas de cocina son un caldo de cultivo perfecto para bacterias. ¿Lo sabías? Aunque son esenciales para lavar platos y eliminar grasa, es crucial conocer la forma correcta de desinfectarlas. ¡Toma nota!
Numerosos estudios han demostrado que las esponjas de cocina pueden albergar bacterias y virus que no se eliminan solo con agua y jabón. Según la revista Journal of Applied Microbiology, las esponjas y cepillos de dientes son de los objetos con más bacterias acumuladas.
Científicos en Alemania secuenciaron el ADN de microorganismos en 14 esponjas de cocina y encontraron bacterias como Moraxella osloensis, que puede causar infecciones en personas con sistemas inmunológicos débiles. Esta bacteria también es responsable del mal olor en la ropa sucia, lo que explica el aroma desagradable de las esponjas usadas repetidamente.
Por lo tanto, el agua y el jabón no son suficientes para mantener las esponjas libres de bacterias pues la humedad favorece la proliferación de microorganismos que pueden causar manchas, olores y enfermedades. Además, muchos mexicanos cambian sus esponjas cada 3 o 4 meses, lo que no es suficiente para mantenerlas en condiciones higiénicas.
1. Agua hirviendo: Sumerge la esponja en agua hirviendo durante 5 minutos.
2. Mezcla de agua y cloro: Mezcla una parte de cloro con 10 partes de agua, sumerge la esponja por 5 minutos y enjuaga bien.
3. Microondas: Limpia la esponja para asegurarte de que no queden restos de comida. Colócala en un recipiente apto para microondas y caliéntala a alta temperatura durante un minuto. Deja que se enfríe, lava con jabón y enjuaga con agua tibia.
2. Vinagre blanco: Enjuaga la esponja para remover restos de comida. Sumérgela en un recipiente lleno de vinagre blanco y deja reposar durante 10 minutos, preferentemente en el sol. Esto eliminará bacterias y malos olores. Finalmente, enjuaga con abundante agua.
Se recomienda desinfectar las esponjas al menos dos veces por semana. Además, enjuagarlas con agua caliente después de cada uso, colocarlas en una rejilla para que se sequen rápidamente y desécharlas cuando tengan mal olor o comiencen a desmoronarse.
Aunque tu esponja parezca estar en buen estado, puede alojar millones de bacterias. La Universidad de Sonora recomienda cambiar las esponjas al menos cada 15 días para evitar infecciones y enfermedades. Los microorganismos comienzan a proliferar desde el primer uso y alcanzan una concentración preocupante al mes, por lo que es crucial reemplazarlas regularmente.
Mantén tus esponjas limpias y desinfectadas para proteger tu salud y la de tu familia.