Jorge Morales Jiloteo, oriundo de Misantla y fiel seguidor de la fe católica, se ha destacado por su compromiso y dedicación hacia la religión desde una temprana edad, en una emotiva entrevista, Jorge comparte su experiencia y preparación para asumir el papel de Jesucristo en el Vía Crucis, una labor que implica no solo un desafío físico, sino también un profundo compromiso espiritual.
"Desde chico he estado involucrado en la religión católica, asistiendo a misa y participando en grupos religiosos", comparte Jorge, "con el tiempo, me sumergí aún más en la fe y comencé a participar en actividades de evangelización y retiros espirituales".
"Es un honor y un privilegio representar a Jesucristo en el Vía Crucis, pero también es una responsabilidad que siento profundamente", expresa Jorge, "es un acto de evangelización y un ejemplo de vida para aquellos que se han alejado de la religión".
El Vía Crucis no es solo una representación teatral, sino un acto de profunda reflexión y devoción. Jorge se ha preparado durante un año para asumir este papel, tanto física como espiritualmente, “he llevado a cabo una preparación rigurosa, abstiniéndome de ciertas actividades y practicando la penitencia", comparte, "es un proceso de conversión y humildad".
Representar a Jesucristo en el Vía Crucis implica enfrentar desafíos físicos y emocionales, "es difícil cargar con la cruz y soportar el calor y la presión de la multitud", admite Jorge, "pero también es un recordatorio del sacrificio que Jesucristo hizo por la humanidad y un llamado a la conversión y la humildad".
Con su profundo compromiso y su ejemplo de vida, Jorge Morales continúa guiando a la comunidad de Misantla en su camino de fe y devoción, su dedicación al Vía Crucis es un testimonio del poder transformador de la fe y la importancia de seguir el camino de Cristo en medio de los desafíos de la vida.