Los obispos de México, subrayaron que, este año, también ha traído al país otra "peste mortal", además de la pandemia, que es la violencia y la inseguridad que han alcanzado niveles nunca vistos, sea por su cantidad, frecuencia y crueldad.
El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes en el comunicado dominical, recordó que, el pasado 16 de julio de 2020, se presentó una Declaración Conjunta de los Obispos de México sobre el don de la Vida y la Dignidad de la persona humana, cuyo texto completo se puede consultar en [http://www.cem.org.mx,]www.cem.org.mx
Esta declaración se hace en un momento en que “nuestro querido pueblo sufre los embates, cada vez más constantes de la cultura de la muerte”.
"La pandemia del COVID-19 ha traído el dolor a muchos hogares y ha afectado gravemente la economía de las familias”, citó.
La cultura de la muerte, declaran los prelados, se manifiesta entre otras formas: en actos de violencia, cada vez más numerosos y cruentos.
Asimismo, en considerar a la vida de un hijo como si fuera derecho de un adulto; en volverse insensibles ante la eutanasia, en la ruptura de las familias; en los esfuerzos por legalizar los estupefacientes y otras drogas; en la difusión de una visión pobre y distorsionada de la sexualidad.
Además, acusan, en la corrupción; en la trata de personas con fines de explotación sexual o laboral; en la indiferencia de algunos ante la pobreza y en el abuso y daño de la naturaleza por el consumismo extremo.
“Vemos que algunos proponen programas de gobierno, leyes, y criterios judiciales que atentan contra la dignidad de la persona humana y en particular contra su vida", añadió.
Por ello, los obispos invitan a una participación más constructiva y propositiva de todos para sustituir a la “cultura de la muerte”, con el anuncio atractivo de la cultura de la vida y la dignidad humana.