La región veracruzana es famosa por su producción de quesos artesanales, donde los productores ofrecen una amplia variedad de quesos, desde frescos hasta secos. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro, y no todo queso es de leche pura.
Carlos Andrés Hermida Inclán, un productor de queso de Tlalixcoyan con más de seis años de experiencia, revela un secreto del mercado: algunos quesos se elaboran con una mezcla de leche natural y leche en polvo.
Aunque esta combinación permite que los productores mantengan sus volúmenes de producción, especialmente en épocas de escasez de leche fresca (como en los meses de noviembre a enero), la calidad se ve comprometida.
Los quesos hechos con leche en polvo se identifican fácilmente por su corta duración y su textura.
"En dos o tres días ya no sirve, sabe como masudo o se pone aguado"
Explica el productor quesero; esto contrasta con los quesos hechos de leche fresca, que mantienen su textura y sabor por más tiempo.
Durante los meses de junio, julio y agosto, cuando la producción de leche es abundante, los queseros pueden trabajar con leche natural. Sin embargo, la tentación de utilizar leche en polvo para reducir costos es alta.
Hermida Inclán comenta que un queso de leche fresca se vende en alrededor de 100 pesos, mientras que los elaborados con leche en polvo rondan los 70 pesos, lo que deja en desventaja a los productores que se mantienen fieles a la leche pura.
Para quienes valoran la calidad, Hermida Inclán recomienda siempre buscar quesos frescos de leche natural. Como productor comprometido con la excelencia, él compra entre 12 mil y 13 mil litros de leche a la semana para fabricar una tonelada de queso que deleita a su clientela con la auténtica esencia de Veracruz.