Desde hace casi 40 años, Poza Rica padece de escurrimientos de hidrocarburo en al menos tres colonias, lo que se esparce entre las viviendas y contamina uno de los arroyos que cruza la ciudad y desemboca en el río Cazones.
Se trata de fugas que la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) cataloga como "chapopoteras" naturales, indicó el director municipal de Ecología y medio ambiente, David Carrión Toledo, al recordar que la primera mancha ocurrió entre 1985 y 1988 en el arroyo El Huéleque.
Uno de los derrames que prevalece en el municipio recorre las calles Ignacio Zaragoza, 16 de Septiembre y 5 de Febrero de la colonia Francisco I Madero, ubicado en las partes bajas del Cerro del Abuelo casi en colindancia con la colonia Agustín Lara.
La segunda zona afectada comienza entre las colonias Las Granjas y Palma Sola, se extiende a través del arroyo Salsipuedes, cruza el sector poblacional 27 de Septiembre y el fraccionamiento La Floresta hasta desembocar en el río Cazones.
En las inmediaciones de los accesos del río Tamesí de la colonia Laredo los escurrimientos provienen de un pozo registrado ante Pemex, el cual estiman tiene entre mil 800 a 2 mil 500 metros de profundidad. “La chapopotera no tiene tubería, es un brote natural que no tiene una infraestructura de recuperación de hidrocarburo”, expuso Carrión Toledo.
"Son chapopoteras naturales donde no se puede realizar infraestructura para garantizar que no se va a derramar", refirió el servidor público, al asegurar que Pemex atiende estos casos a través del Programa de Recuperación de Hidrocarburo.
David Carrión Toledo aseguró que en estos incidentes Pemex atiende inmediatamente las solicitudes que realiza el gobierno municipal para evitar mayores daños.