Del total de llantas que se desecha en el país, sólo el 3 por ciento se destina al aprovechamiento energético, en tanto que otro 3 por ciento se reacondiciona para su uso y el resto queda en el ambiente, en ríos o confinado en rellenos sanitarios, indicó Esteban Heredia Guzmán, coordinador de Operaciones de Geocycle México en la zona.
Señaló que esta empresa es una filial de Holcim Apasco y ha buscado convertir las llantas y otros desechos no orgánicos en un insumo para la elaboración de cemento.
Comentó que son siete plantas las que hay a nivel nacional, entre ellas la de Hermosillo, Saltillo, Acapulco, Macuspana y la de Ixtaczoquitlán, y hay desde ciudadanos responsables que acuden a dejarles sus neumáticos, además de que también trabajan con ayuntamientos que colaboran de esta forma e incluso con el gobierno del estado se han hecho campañas.
“En este momento (en la planta de Ixtaczoquitlán) estamos procesando de 30 a 50 toneladas por días. Nos traen llanta de Orizaba, de la región, también de Puebla, de Tlaxcala, de Veracruz, también hemos trabajado con la Secretaría de Medio Ambiente para hacer recolecciones a nivel estado”, comentó.
Heredia Guzmán indicó que de las plantas, en la que más se destruye llanta es la del norte, pero en Orizaba hay cooperación para destruir este residuo, que se aprovecha como energía e insumo.
Comentó que aunque en la zona hay empresas transportistas, no trabajan de manera directa con ellas, pero sí hay empresas recolectoras que les hacen llegar los neumáticos.