Se armó un zafarrancho entre trabajadores del Ayuntamiento de Poza Rica y comerciantes ambulantes, a quienes pretendían desalojar de la vía pública frente al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sin documentos u órdenes de desalojo, los inspectores arribaron a los puestos localizados frente a la clínica para ordenarles que se retiraran voluntariamente, pues de lo contrario el gobierno local actuaría con el apoyo de la fuerza pública.
El argumento de los trabajadores municipales es que por la contingencia sanitaria solo debían laborar algunos locales, ya que aseguran existe un acuerdo en el que el comercio informal sólo trabajaría cada tercer día.
Al lugar arribó el dirigente de los comerciantes del Parador Urbano y de vendedores fijos y semifijos, Miguel Leyton Burgos, quien encaró a los empleados municipales para impedir el desalojo y exigirles que mostraran los oficios para proceder con el retiro de los puestos.
Al no poder acreditar el procedimiento los empleados del ayuntamiento optaron por retirarse, pero exhortaron a los ambulantes a acudir a la dirección municipal de Comercio para aclarar y solicitar información sobre los lineamientos y las medidas sanitarias para reducir los riesgos y contagios del coronavirus.
La Secretaría de Salud (SS) informó que en Poza Rica la cifra de contagios estaba por alcanzar los 500, por lo que el municipio es considerado como un foco rojo de infección de COVID-19.