En entrevista con Artemio González Álvarez, cafeticultor de la congregación de Pueblo Viejo, se exploraron las complejidades y desafíos que enfrenta la industria cafetalera en la región, el entrevistado compartió su visión sobre la rentabilidad de los cultivos de café y destacó la importancia de agregar valor a la producción local.
En el actual panorama, muchos cafeticultores se encuentran en una situación en la que la venta del café en su estado natural, conocido como café cereza, no es económicamente viable, Artemio señala que el precio mínimo que los cortadores de café aceptan oscila alrededor de los setecientos pesos, dado que la cosecha en muchas áreas no es abundante, los productores enfrentan un dilema en cuanto a la rentabilidad, la venta de café cereza a los cortadores podría no resultar en una ganancia significativa.
En respuesta a esta situación, Artemio y otros cafeticultores de la región están buscando alternativas para agregar valor a sus productos, una estrategia eficaz implica procesar el café y venderlo en forma de grano o café molido, el precio de venta del café procesado, ya sea en grano o molido, suele ser mucho más alto que el del café cereza, en las cafeterías locales, un café de alta calidad puede costar al menos cincuenta pesos por taza.
Artemio destaca la importancia de mantener un enfoque preventivo para lograr una producción de café exitosa. Los cafeticultores deben considerar la diversificación de sus productos, explorando opciones de valor agregado como la molienda y el envasado de café, esta estrategia no solo puede aumentar los ingresos de los productores, sino que también contribuye a generar empleo en la comunidad.
En un acto de solidaridad, Artemio describe su enfoque como una "compra social", al mejorar su propia situación financiera, también puede brindar empleo a otros miembros de la comunidad. Este enfoque cooperativo y solidario fomenta el desarrollo económico local.
Artemio comparte su sabiduría con otros productores y los invita a unirse a la causa de mejorar la industria cafetalera en la región, también hace un llamado al público a respaldar a los productores locales, ya que al comprar su café, están contribuyendo a un círculo virtuoso de crecimiento económico.
En conclusión, González Álvarez ofrece una perspectiva valiosa sobre la producción de café en la región, su determinación y visión para agregar valor a su café y mejorar la situación de su comunidad son ejemplares, la industria cafetalera puede prosperar a través de la cooperación y el apoyo de la comunidad local y los consumidores.