Acompañado en todo momento de su fiel “Oliver”, un ejemplar de pitbull de dos años de vida, fue despedido Juan Bernardo Hernández Argüelles cuyo cuerpo apareció flotando la mañana del viernes en el río Coatzacoalcos.
La pareja en mención se hizo viral en redes sociales por los sombreros, lentes y playera con las que Juan vestía a “Oliver” siendo así como recorrían las calles de Minatitlán, e incluso del mismo estado.
El amo, amigo y padre de “Oliver” como se describía fue un luchador que por años intentó alejarse de las adicciones, tarea que se volvió en algo imposible dado a la enfermedad mortal y progresiva que lo envolvió hasta el final de sus días.
Con todo y su dependencia al alcohol, Juan Bernardo fue un amigo ejemplar de “Oliver”, cachorro que lo acompañaba de manera indiscutible a todos lados y bajo la condición que fuera.
En las últimas horas del viernes, el ataúd gris que guardaba los restos de su amo llegó a la casa de ambos en isla de Capoacan, donde se colocó al lado de él resguardando el féretro junto a su rostro desencajado, expresando el sentimiento de dolor y tristeza.
El sábado por la mañana los restos mortales de Juan Bernardo fueron trasladados en lancha a otro punto del poblado que lo vio nacer, siendo ahí su última morada y estando al pie de la embarcación el amigo “Oliver” que encabezó el recorrido fúnebre.
Juan Bernardo Hernández Argüelles de 42 años descansa en paz, quedando a manos de su familia su inseparable amigo, hijo, compañero y confidente como él se refería a “Oliver”.
En tanto que el día del hallazgo los allegados acusaron que el cadáver presentaba heridas provocadas por arma punzo cortante; en contraste la autoridad fundamentó que el sujeto murió ahogado.
Sus parientes precisaron que Juan Bernardo salió por la noche del miércoles de su vivienda sin decir a donde ni con quien iba, pero lo más extraño para ellos fue que dejó ese día a su inseparable amigo, para dos días después ser encontrado sin vida.