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El olor a aguas residuales se ha convertido en parte del fraccionamiento San José, en Coatepec, donde al menos 100 familias padecen la contaminación de los ríos que rodean la urbanización y las autoridades ignoran este problema que podría constituir un delito ambiental.
"La afectación inmediata es el olor", afirma Ana Brisa Oropeza Chávez, residente del fraccionamiento. "Por la gran cantidad de aguas jabonosas estas fermentan y generan gases, particularmente metano, lo que provoca un olor desagradable".
El fraccionamiento, ubicado en la salida hacia Xico, fue anunciado con la promesa de un entorno natural privilegiado, pero ahora los residentes sufren una realidad completamente distinta.
"Viva usted entre dos ríos cristalinos", decía el lema cuando los terrenos fueron ofertados. Hoy, los ríos que rodean la zona, el de Los Pintores y un riachuelo sin nombre, están contaminados.
Oropeza Chávez y sus vecinos denuncian que las autoridades han ignorado el problema durante años, pero la situación se ha vuelto insoportable para los residentes, quienes exigen una solución.
Además, recuerdan que el Pintores es un afluente del río de Los Pescados, que a su vez forma parte de la cuenca del río La Antigua. "La gente pesca y consume de ahí. No es solo un problema local, sino de impacto regional", alertan.
La primera denuncia formal sobre la situación se realizó en 2011 por vecinos del vecino fraccionamiento Centenario, quienes expusieron la contaminación del río Pintores y alertaron por descargas de aguas negras.
Sin embargo, actualmente el impacto va más allá del olor. La contaminación ha cambiado la composición del agua y ha afectado la fauna y flora.
"Hasta hace unos cuatro años, en la pandemia, todavía llegaban muchas aves migratorias. Ahora, dadas las condiciones del río, ya no se detienen en el fraccionamiento", afirma Oropeza.
En busca de una solución, la vecina promovió una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), pero la dependencia respondió que el asunto no era de su competencia.
"Eso es un error", asegura. "Profepa tiene facultades para investigar la probable comisión de un delito ambiental". En su lugar, la institución indicó que la queja debía remitirse a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatepec (CMAS).
Cuando Oropeza Chávez contactó a CMAS, la respuesta fue evasiva. "Me pidieron señalar el punto exacto de afectación. Les dije que era mi domicilio, porque el río corre detrás de mi casa. Pero me dijeron que eso no bastaba, que debía identificar el vertimiento", relata.
Ella decidió investigar por su cuenta y, con ayuda de vecinos y herramientas como Google Maps, localizó al menos un vertimiento en el fraccionamiento San José. "Me dicen que hay otro más, pero yo no lo localicé".
Las pruebas incluyen fotografías y coordenadas del vertimiento. "Parece que son excedentes de aguas negras. Entiendo que quizá el diámetro de los tubos no es suficiente y cuando hay excedentes, tienen que desahogar las aguas en el río", señala la afectada.
Oropeza Chávez considera que esto constituye un delito ambiental, sin embargo, a la fecha ni la Profepa ni CMAS se hacen cargo. Sospecha que hay un mecanismo de control que permite controlar las descargas de aguas negras. "Cuando hace calor huele más, pero también cuando llueve. Es como si alguien abriera o cerrara una llave para desahogar las aguas negras en el río".
El problema no se limita al fraccionamiento San José, pues cerca está el fraccionamiento Centenario, de donde surgió la primera alerta sobre la contaminación que existe en esta zona, en donde también hay quejas e inconformidad de los lugareños.
Según la vecina, la administración municipal ha sido informada en varias ocasiones. Ante la falta de respuesta, los vecinos han tomado medidas. La Asociación de Colonos del fraccionamiento San José promovió una solicitud para exigir la devolución de las cuotas por saneamiento.
"No es que nos interese recuperar el dinero, sino ejercer presión. Si no hacen su trabajo de Limpia Pública y Saneamiento, que nos restituyan la cuota".
Mientras tanto, Oropeza sigue su proceso legal de manera particular. "Quizá haya otros vecinos promoviendo acciones que desconozco, pero sí, somos muchas familias afectadas".
Cabe destacar que, según los vecinos, el municipio de Coatepec ya había emprendido hace más de una década un proceso de saneamiento de sus ríos, que incluyó la construcción de una planta de tratamiento.
Sin embargo, todo indica que dicha planta no funciona correctamente al carecer de todos los insumos necesarios. "Tengo entendido que esa planta no tiene insumos para operar. Lo único que hace es filtrar materiales sólidos y luego desahoga el agua en los ríos".
Oropeza Chávez sostiene que la contaminación de los cuerpos de agua no solo afecta el ecosistema, sino que también transforma la calidad de vida de quienes habitan a su alrededor. La degradación de los ríos puede provocar daños en la salud pública.
Además, impacta el valor de las propiedades. Los residentes temen no poder vender sus viviendas por las condiciones insalubres del entorno.
Para muchos afectados, la imagen de ríos cristalinos y seguros para el esparcimiento es solo un recuerdo.
"Una amiga de Coatepec, que tiene 40 años, me contaba que cuando era niña se bañaba en ese río con sus hermanos en los meses de calor (...). Hemos perdido un cuerpo de agua que brindaba bienestar y equilibrio ambiental", lamenta.